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El Telégrafo
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Rocío de Moreno visita a jóvenes de Fasinarm

Rocío de Moreno y Claudia Salem, esposa del vicepresidente de la República, participaron en la elaboración de dulces con los jóvenes.
Rocío de Moreno y Claudia Salem, esposa del vicepresidente de la República, participaron en la elaboración de dulces con los jóvenes.
Foto: Tomada de la Presidencia.
04 de febrero de 2019 - 00:00

Rocío de Moreno, presidenta del Comité Plan Toda una Vida, junto con Isabel Maldonado, secretaria técnica de esa entidad, y Claudia Salem, esposa del vicepresidente de la República, compartieron una tarde con los estudiantes de la Fundación de Asistencia Psicopedagógica para Niños Adolescentes y Adultos con Discapacidad Intelectual (Fasinarm), en Guayaquil.

Durante la visita, la primera dama y Salem participaron en la elaboración de galletas que está a cargo de los niños, niñas, jóvenes y adultos con síndrome de Down, discapacidad intelectual y auditiva. Luego recorrieron el área de Costura y de Imprenta.

Hemos venido a aprender del trabajo que realiza Fasinarm con sus alumnos y sus familias, que es el pilar fundamental en el desarrollo de las personas con discapacidad. Ellos son quienes nos enseñan todos los días la empatía, el amor, la solidaridad, y eso tenemos que rescatarlo y ponerlo en el corazón de todos los ecuatorianos”, expresó Rocío de Moreno.

Aconsejó que el trabajo se debe replicar en todo el país ante la demanda de personas que necesitan este apoyo. También visitó el área de inclusión donde están los niños insertados en el sistema escolar. Lilia González, una de las educadoras del centro, explicó que los alumnos reciben terapia pedagógica para mejorar su rendimiento escolar.

Henry Morales, de 9 años, con discapacidad intelectual, viaja todos los viernes desde Durán hasta el lugar. Su madre, Carmen Huya, lo acompaña a recibir terapias. “Es importante que se nos incluyan porque así aprendemos técnicas de enseñanza en los hogares”, dijo Huya.

En Fasinarm hay un centro de entrenamiento vocacional. Allí, más de 80 jóvenes y adultos aprenden habilidades en talleres ocupacionales. Ya han sido  insertados 300 exalumnos en el mercado laboral. También reciben clases de costura. Cada mes, jóvenes con discapacidad intelectual y auditiva elaboran 2.500 franelas que se comercializan en una cadena de supermercados.

Para Laura María Noboa, directora general de la Fundación, Las Manuelas, pueden ser un puntal de apoyo para Fasinarm y sus programas. “Vamos a hacer un trabajo coordinado con ellas; y queremos agradecer la gran voluntad y el trabajo de Rocío de Moreno”.

Precisamente, por su labor con las personas con discapacidad, la presidenta del Comité Plan Toda una Vida recibió una condecoración. (I)

Especial para El Telégrafo
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