El Plan Toda Una Vida trabaja en desarrollo femenino
El Plan Toda Una Vida a través de sus distintas misiones trabaja por garantizar los derechos, el empoderamiento económico y una vida libre de violencia para las mujeres.
“Desde el primer día junto con el presidente Lenín Moreno hemos trabajado para construir una sociedad inclusiva. Con el Plan Toda Una Vida atendemos de manera integral a niñas, madres, abuelas, mujeres con discapacidad y cuidadoras de personas con discapacidad, ya que son parte esencial en el desarrollo de nuestro país”, indicó Rocío de Moreno, presidenta ad honorem del Plan Toda Una Vida.
Con esta premisa, las viviendas de las urbanizaciones de la Misión Casa Para Todos se entregan a las mujeres de la familia, quienes en su mayoría son jefas de hogar. Hasta el 2019 ya se han entregado 29 urbanizaciones, beneficiando a más de 19.000 personas, según datos de la Secretaría Plan Toda Una Vida.
El objetivo de la Misión no es solo dotar de una casa, sino construir comunidades sostenibles y sustentables mediante la implementación de la Estrategia de Fortalecimiento Comunitario, en la cual participan las familias beneficiarias y los gestores de comunidad del Plan Toda Una Vida.
Con la ejecución de esta iniciativa se han impulsado más de 300 actividades productivas en las urbanizaciones, donde las mujeres han logrado su autonomía e independencia económica.
Asotex es un ejemplo de ello, nació como un emprendimiento de vecinas de la urbanización Huarcay, sur de Quito, quienes elaboran ropa, accesorios para el hogar, cobijas, sábanas, cortinas, etc. Gracias a este negocio comunitario Olga Tipanluisa contribuye con el provenir y la economía familiar.
“En uno de los locales de las urbanizaciones funciona nuestro negocio, con estas ganancias alimento a mis hijos y a mi madre adulta mayor, estoy muy agradecida porque este espacio es gratuito y nos ha permitido desarrollar nuestras habilidades en la costura”, manifestó Tipanluisa.
El impulso a los emprendimientos por parte del Gobierno está acompañado de capacitaciones constantes, como la que recibieron varias mujeres que participaron en el programa Supérate, con el apoyo de la empresa privada, ellas se graduaron con el título de técnicas de albañilería.
Rocío de Moreno, quien participó en el evento de graduación que se llevó a cabo el 4 de marzo en Huarcay, motivó a unir esfuerzos entre el sector público y privado para seguir mejorando la calidad de vida de las mujeres ecuatorianas.
Los proyectos agrícolas en las urbanizaciones de Casa Para Todos también contribuyen con el desarrollo de las mujeres, muchas de las cuales hoy son lideresas comunitarias. Según datos de la Secretaría Plan Toda Una Vida, a escala nacional existen 21 huertos comunitarios, 73 familiares y cinco invernaderos.
Como parte de la atención integral, las niñas, madres y mujeres de las urbanizaciones tienen acceso a campañas de salud y de prevención de la violencia de género con programas como: “De Salto en Salto, a la Violencia ponemos Alto”, que se implementa gracias al convenio con la Agencia alemana GIZ.
El trabajo que hace el Gobierno Nacional, día a día, junto con las mujeres en las urbanizaciones de Casa para Todos, promueve el derecho a una vida libre de violencia, sin discriminación y pleno desarrollo. (I)
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Una labor de hombres es hoy también de mujeres
María Caiza, graduada en técnica de albañilería, señaló que es un honor representar a sus compañeras del curso de técnicos de albañilería. “Todas rompimos las barreras en este campo netamente de hombres, logramos desarrollarnos en el mundo de la albañilería y cumplir una meta más como mujeres, madres, esposas e hijas”, argumentó.
Agradeció a la empresa Holcim por darles la oportunidad de aprender nuevos temas, que les ayudarán a ser autosuficientes y sacar adelante sus hogares con estos nuevos conocimientos.
Ella solicitó que ese apoyo continúe para que se capaciten y avancen en su formación profesional, crecimiento personal y familiar.
Agradeció al profesor David Tapia, quien con paciencia, ahínco y esmero les brindó sus conocimientos, al igual que a los gestores del Plan Toda Una Vida que los apoyaron en todos los procesos de construcción comunitario, dijo María Caiza, durante la ceremonia de graduación el pasado 4 de marzo.
Mientras, Olga Almeida se sintió emocionada por participar en la capacitación que promovió su autonomía. “Gracias por este apoyo, les pido que este tipo de programas continúen para que podamos seguir aprendiendo y avanzar en nuestra formación profesional y crecimiento familiar”, aseguró. (I)