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Reloj biológico y cultural marcan a la maternidad

Reloj biológico y cultural marcan a la maternidad
06 de marzo de 2013 - 00:00

“Hasta los taxistas me salen con discursos. Suelen preguntarme si estoy casada o tengo novio y digo que no hay nadie; luego preguntan si al menos tengo un hijo y al contestar que no me ven como bicho raro. Peor si digo mi edad. La otra vez me tocó decir que no soy lesbiana, que simplemente le he dado prioridad a mis estudios y a mi profesión, pero que sí quiero tener hijos cuando se dé la oportunidad”, expresa Mariella Carrasco, de 29 años.   

Carrasco dice que desde que tiene 25 se imagina como madre y que recién ahora que está próxima a los 30 siente que ese llamado se está haciendo más fuerte. “Mi reloj biológico está corriendo, por eso decidí que si hasta los 32 no me he casado, tendré un bebé como madre soltera”, indica Mariella

El mencionado ‘reloj biológico’ se refiere a la edad fértil de una mujer, es decir, al tiempo en el que ésta es capaz de tener un hijo de forma natural, lo que abarca desde la primera menstruación hasta la última, un período que existe aproximadamente desde los 15 hasta los 45 años. Según un estudio realizado por el Centro de Regulación Genómica en Madrid-España, la “necesidad” de ser madre se presenta en las mujeres alrededor de a los 25 años, pero también existe una especie de “reloj social” que condiciona esta decisión.

Conseguir mejores empleos, un mayor desarrollo profesional, la obtención de una carrera universitaria, no tener antecedentes de familia numerosa y el amplio abanico de métodos anticonceptivos también son otros de los motivos por los que las mujeres deciden aplazar la maternidad a pesar del reloj biológico, según algunos especialistas en medicina como Myrna Vargas, que trata casos de infertilidad.     

Pero incluso cumpliendo esos roles, la sociedad aún pide que las mujeres tengan una relación sentimental estable, que se casen y, sobre todo, que tengan un hijo antes de los 30 “para que no se les pase el tren”.

"Cuando una mujer tiene 25 años, una profesión y no ha tenido hijos, su entorno directamente le pregunta: “¿vas a tener hijos? ¿Qué vas a hacer de tu vida?”, pero nunca le dice, principalmente la familia: “está bien, es tu decisión la de no tener hijos. Vive feliz. Si quieres casarte o no, no hay problema", expresa Yoconda Torres, socióloga de la Fundación Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam), de Guayaquil.

Esa postura la comparte Luisa Pita, activista por los derechos sociales y de las mujeres. “Tuve mi primera hija a los 20 y la segunda a los 32. Ahora, a mis 33 años, puedo notar la diferencia de haberlas tenido con gran diferencia de edad. La madurez para asimilar la crianza y el afecto son dos de las cosas que he podido evidenciar. Ahora soy más consciente de la responsabilidad de traer una nueva vida a este mundo”, indica Pita.

Luisa señala que realmente fue con la segunda bebé con la que sintió ese llamado de volver a ser madre, por lo que venía planificándolo junto a su esposo.

Desde el punto de vista de la socióloga Torres, el reloj biológico es más un factor cultural que algo físico. “Éste emite en la sociedad juicios de valor respecto al papel de la mujer”, señala.   

“Si una mujer llega a los 25 ó 26 años o, peor, a los 30, y aún no se ha casado, entonces se le quiere imponer un rol -para que sea una mujer ‘de verdad’- como  cumplir algunas funciones, entre ellas, ser madre y tener una pareja estable. A lo que  se suma que sea profesional y que tenga un buen trabajo; entonces sí está cumpliendo el rol que la sociedad le ha impuesto”, explicó Torres.

“Más que un motivo externo, no tengo la necesidad o el sentir. Algunas mujeres en mi familia también tomaron esa decisión. Aunque suene egoísta, me gusta mi vida sin ese tipo de ataduras. Claro, un hijo es algo increíble, amo a los hijos de mis amigas y a mis sobrinos, pero no nací para tener los míos”, comenta Diana Rosero, de 30 años.

Todo lo contrario opina Olga Moreira, enfermera de 22 años. “La mejor edad para ser mamá está entre los 27 y 33 años, ya que el cuerpo de la mujer se ha desarrollado completamente. Personalmente, pienso en formar mi familia en cuanto cumpla los 28. Imagino que ser madre ha de ser maravilloso, pero antes de eso necesito tener un hogar bien formado, es decir, una casa propia, un trabajo fijo (ambas partes) y allí sí pensar en un bebé”.      

Médicos chilenos y españoles, especialistas en fertilidad, están notando que las mujeres están postergando la maternidad, pero de acuerdo con el "reloj biológico" femenino, entre los 18 y los 35 años es la mejor edad para concebir.

Uno de los riesgos de tener un hijo sobre la edad biológicamente aceptable, sobre todo para el bebé, es la trisonomía 21 o el síndrome de Down. En una mujer de 20 años el riesgo de tener un hijo con esta limitación es de 1 entre 1.500 nacidos; en una mujer de 30 años es 1 entre 1.000; de 35 años es 1 en 400, y de 40 años en adelante es 1 por cada 100 nacidos, según revelan datos de la investigación realizada por la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología.  

Myrna Vargas, ginecóloga y experta en temas de fertilidad, corrobora con su experiencia los estudios que se han hecho en el exterior sobre si es idóneo o no tener hijos tardíamente. “Pasados los 35 años las posibilidades de reproducción de la mujer empiezan a bajar, disminuyen los óvulos; inclusive puede tener trastornos menstruales en los que tiene su periodo pero sin ovular, entonces hay menos probabilidades de embarazo. Esa es una de las grandes limitantes de la edad más avanzada”, resaltó Myrna Vargas, ginecóloga especialista en casos de infertilidad de la Clínica Kennedy.

La doctora cuenta que en su consultorio ha visto casos en los que a veces las mujeres prefieren terminar de estudiar, realizarse profesionalmente y luego programar la venida de los niños. “La mujer tiene mayor facilidad para embarazarse desde los 24 hasta los 32 años, una edad propicia para la reproducción y en la que existe más predisposición por una mayor producción hormonal y un aumento del deseo de tener relaciones sexuales”, añadió Vargas.

“Se le pasa el tren para ser madre después de los 37, pero eso tiene una explicación biológica. Si es antes de esa edad, es cultural porque la familia comienza a decir que la mujer se está quedando en la percha, los más ancianos ya piden nietos, pero eso se da más en el contexto latinoamericano, no en el europeo”, comenta Luisa.

La activista cuenta que en el Viejo Continente es más común tener hijos cerca de los 40 años, mientras que en países de la región, como Ecuador, las jóvenes los suelen tener antes de los 25. “Cuando una mujer es madura emocionalmente se vuelve opcional la maternidad, o sea, si se quiere tener hijos antes o después de los 30, con o sin pareja. La familia de mi esposo y la mía están pidiéndome que tenga un tercer bebé en busca del varón, pero ya no deseo más hijos. Desgraciadamente se vende el concepto de la familia como si fuera un nido de pájaros para consumir”, acotó.  

"A mis dos hijas las tuve después de los 30: Sheela a los 33 y Sharon a los 37 años. Ese llamado de querer ser madre lo tuve antes de mi primera hija, solo que tardé mucho en salir embarazada", comentó Magaly Espinoza de Valle.

Magaly se ha dedicado de lleno a ser ama de casa y madre para pasar más tiempo con sus hijas, aunque son adolescentes (17 y 13 años, respectivamente) y ella tiene 50 años.

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