Recuperación de quemados tarda de dos a tres años
Resignada y mirando al piso, Gladys Tierra relata el instante en que su hijo de 7 años, Jonathan, sufrió la explosión de un petardo en su mano, lo que le provocó no solo graves quemaduras en el brazo sino la cercenación de parte de 3 de sus dedos. Parada junto a la cama de la sala de la Unidad de Quemados del hospital Francisco de Ycaza, Gladys se aferraba a su hijo y lo tocaba con delicadeza.
Comenta que eran las 13:00 del uno de enero cuando su vástago salió de casa y se encontró una camareta en el monte. La había encendido y de repente escuchó una explosión, seguido de un fuerte llanto. Corrió a verlo y solo alcanzó a observar cómo emanaba sangre de su mano.
“Fueron momentos duros para una madre. Ahora que vimos los resultados solo queremos regresar a casa con mi Jonathan”, relata resignada Gladyz, oriunda de Naranjito, provincia del Guayas.
El médico Jaime Romero Taysin, líder de la Unidad de Quemados de esta casa asistencial, señala que la secuela en los niños víctimas de quemaduras es dura y larga. Ellos podrán permanecer hasta unas seis semanas aquí. Sin embargo, el trabajo de la madre, dependiendo de la gravedad de la quemadura, va de 2 a 3 años.
“En el hospital nosotros hacemos todo lo posible para sanarle las heridas, reconstruir la piel, cirugías, etc. Pero lo importante es la participación del padre de familia, quien debe dedicar tiempo a su hijo en los diversos tratamientos terapéuticos, de curación de las heridas que son cada semana o quince días, dependiendo de los casos”, anota.
Los menores son derivados a los psicólogos, quienes proporcionan la ayuda necesaria para que el menor logre superar la afectación que sufrió con la quemada y reinsertarlo a la sociedad. En este punto los padres son puntal clave para que la vida del menor continúe con normalidad.
Niño especial afectado
“Es lo peor que le ha pasado a mi hijo”. Esa es la expresión de reflexión de Cinthia Lara, madre de Guillermo, pequeño que al mediodía del 30 de diciembre se quemó con un petardo llamado volcán . Él es un niño especial y ahora tiene el cuerpecito quemado. No sé qué haré”.
La progenitora relata que están realizando todo lo que dice el médico y asegura que seguirá los tratamientos que le manden, en el tiempo que señalen. “Quiero a mi hijo sanito”.
Ayer, en la sala de Quemados del hospital Francisco Ycaza había registrado 34 casos de niños afectados por la quema de pólvora, petardos, líquidos calientes y electricidad.
Ambas madres de familia agradecieron al Gobierno Nacional por tener todo para el cuidado de las quemaduras de sus hijos. Si embargo, veían un panorama poco alentador en los gastos que demandaban el tener que trasladarse, alimentarse y dejar de cuidar a sus otros niños a causa de la necesidad de que sus hijos continúen con los tratamientos.
“Está claro que el problema no es solo que se quemó y su curación, sino las veces que tienen que venir por lo menos por dos años para la rehabilitación de los niños”, señaló un terapeuta del hospital.
Dijo que los padres de familia son muy dejados y tienden a los pocos meses a no cumplir con las citas.
Lo que pase después con sus hijos es vital para su normal desarrollo, tanto en el aspecto físico, como en el emocional, sentenció el doctor.