Primer obispo católico ordenado en China en 3 años, con beneplácito del Vaticano
El primer ordenamiento de un obispo católico chino en 3 años se produjo este martes, con el beneplácito de las autoridades comunistas y del Vaticano, en una ceremonia bajo estrecha vigilancia policial, constató la AFP.
Un cordón policial cerraba todos los accesos a la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en la provincia de Henan (centro), donde el padre Joseph Zhang Yilin fue ordenado como obispo oficial de Anyang.
La ceremonia, a la que la AFP no pudo asistir por ser necesario un pase especial, atestigua una mejora en las relaciones entre Pekín y el Vaticano.
El último ordenamiento, ocurrido en Shanghai en 2012, terminó con el nuevo obispo detenido.
Designado por Roma, monseñor Thaddeus Ma Daqin había sido públicamente rechazado por la Asociación católica patriótica de China - órgano controlado por el Partido Comunista (PCC), que supervisa al clero chino-, y desde entonces se encuentra bajo arresto domiciliario.
Según la agencia de prensa católica UCA News, Joseph Zhang Yilin formaba parte de los obispos potenciales aprobados por la Santa Sede, antes de ser elegido por la Asociación Católica el pasado abril.
A la ceremonia acudieron un centenar de prelados y tres obispos chinos, John Wang Renlei, Joseph Bin Shen, y Yongqiang Yang, reconocidos por el Vaticano, precisó UCA News.
La presencia de obispos no reconocidos por Roma, como ocurrió en el pasado, fue interpretado como una provocación de Pekín, por lo que la elección de los presentes este martes puede interpretarse como una mano tendida de las autoridades chinas hacia la Santa Sede.
El presidente chino Xi Jingping y Francisco intercambiaron cartas de cortesía en sus respectivas elecciones en 2013, y el papa habría escrito a Xi invitándolo a un encuentro y a establecer relaciones, según el sitio argentino Infobae.
"Me siento muy feliz de que se convierta en nuestro obispo. Tiene una fe profunda y cumplirá correctamente con su misión", afirmó un prelado, bajo condición de anonimato, añadiendo que el padre Joseph procedía de una "familia católica muy tradicional".
Pekín no reconoce la autoridad del Vaticano sobre la Iglesia china y ha creado su propia organización para controlar al clero católico local y los lugares de culto aprobados por el PCC. El país cuenta con unos 12 millones de católicos.
Para el Vaticano se trata de un asunto de vital importancia, tal y como reconoció el año pasado el papa Francisco, mostrando sus "ganas" de viajar a China lo antes posible. "Pero la Iglesia pide libertad para su oficio, su trabajo. Ninguna otra condición", añadió.
Desde la llegada al poder de Xi Jingping al poder hace dos años, el control de la sociedad civil y de las religiones se ha endurecido fuertemente, como muestra la campaña de destrucción y retirada de cruces protestantes y católicas, e incluso la demolición de lugares de culto que supuestamente violaban la legislación de la construcción. (I)