´El 80% de hogares en el país utiliza fundas plásticas, tipo camiseta, para comprar sus alimentos, y a diario cada persona usa al menos dos elementos plásticos desechables.  

Esto significó en 2019 la generación de 528.000 toneladas de residuos plásticos, equivalentes al 11% del total de desechos sólidos producidos este año.

El plástico, en todo el planeta, es el material más contaminante del ambiente y solo el 10% se recicla. El resto va a los mares  en forma de basura y micropartículas que limitan la generación de oxígeno en los seres vivos y son el alimento de la fauna marina.

Este material prevaleció -en un 88%- en las jornadas de limpieza costeras desarrolladas este año en el país, donde se recolectaron alrededor de 500 toneladas de plástico. Las botellas desechables de agua representaron un 36%.

Según el gestor ambiental Renato Salguero, el plástico en contacto con los rayos solares genera gases de tipo metano, uno de los causantes del cambio climático que incide en el aumento de la temperatura del planeta. Entre 2011 y 2015 el  incremento fue 0,2°C.

Salguero afirma que al ser una materia prima derivada del petróleo, por más que se la recicle varias veces, al final siempre queda el insumo contaminante que permanece años en el ambiente.

Este inconveniente se agrava porque en el país, 115 municipios (el 48%) aún tienen botaderos al aire libre, lo que implica una mayor contaminación del aire, suelo, agua y paisaje.

Para frenar en algo este problema existen acuerdos ministeriales que norman el uso y fabricación de plásticos y envases de este material. De acuerdo a la normativa establecida por los ministerios del Ambiente y de Producción, los nuevos recipientes deben ser elaborados con el 25% de material reciclado.

Además, en las instituciones educativas se prohibió desde 2018 la utilización de plásticos de un solo uso como los sorbetes. Incluso en Quito hay una campaña denominada “Sin sorbetes por favor”, para frenar su uso. Las grandes cadenas de alimentos reemplazaron los sorbetes plásticos por unos de cartón.

Daniel Hidalgo, docente de ingeniería ambiental de la Universidad de las Américas (UDLA), cree que estas iniciativas cuentan, pero no lo suficiente para concienciar a las personas sobre optar por productos cuyas presentaciones tengan la menor cantidad de plástico posible.

Considera que la industria debe ofrecer alternativas de envases biodegradables en todos los productos que oferta; y a la vez mantener la responsabilidad extendida del productor para que se encargue de la disposición final de ese envase.

Cree que cada persona debería optar por prácticas sustentables como ir con el bolso de tela o canasto a las compras y adquirir más productos al peso.

Para el académico es necesario establecer una especie de semáforo -en los envases plásticos-, que advierta sobre la materia prima con la que fue elaborado y su afectación al ambiente.

Salguero insiste en la necesidad de optar por ejemplo por utensilios desechables elaborados a base de fibras vegetales como el bagazo de caña, cáscara de plátano o salvado de trigo que son 100% biodegradables y pueden integrarse fácilmente al medio ambiente e incluso convertirse en fertilizantes.

Por ello la educadora ambiental Silvia Sánchez afirma que hoy no basta solo con reciclar. Cree necesario dejar de utilizar el plástico porque se sabe que las micropartículas de este material están presentes en el 90% del agua embotellada y el 83% del agua del grifo. (I)

DATOS

1.500 millones de fundas plásticas tipo camiseta se elaboran en el país cada año. Solo 5 de cada 10 son recicladas o reutilizadas.

10 ciudades del país, incluidas Quito y Guayaquil, generan el 59,3% del total de residuos sólidos.

40% del plástico recogido en la isla Isabela (Galápagos) tuvo como procedencia China, 38% fue de Perú y 18% de Ecuador.