Plan piloto de retorno a clases presenciales se aplica en la ruralidad
El plan piloto de retorno progresivo a clases presenciales, aprobado por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional, se extiende a cinco establecimientos de la zona rural.
Andrés Chiriboga, viceministro de Gestión Educativa, indicó que “poco a poco vamos recuperando la capacidad de asistir a clases, de tener contacto directo con docentes y estudiantes, e ir aprendiendo de las mejores prácticas para extender el sistema educativo".
Desde esta semana, se afinan detalles para el retorno progresivo a clases en el sistema educativo fiscal de dos provincias. En Imbabura, la autorización llegó a la Unidad Educativa Zuleta, Escuela Juan de Dios Navas y el Centro Educativo Gonzalo Pizarro, todos en Ibarra. Adicional, el Centro Educativo Tarquino Idrobo en Otavalo. En Loja, el plan piloto será en la Escuela José María Jaramillo Suárez.
Desde la Coordinación Zonal 1 de Educación trabajaron en los planes institucionales de forma participativa, entre docentes, líderes comunitarios y padres de familia.
Componentes para el retorno
Verónica Silva Jarrín detalla con claridad el proceso que se debió cumplir para tener la aprobación desde el COE Nacional.
“Este es un proceso voluntario, que nace desde la motivación de los padres de familia. Las instituciones educativas -en coordinación con los Ministerios de Salud y Educación, padres y estudiantes- elaboramos el plan institucional que tiene tres componentes".
Estos tres componentes son: Infraestructura (las baterías sanitarias, lavabos y aulas de los establecimientos educativos deben estar en óptimas condiciones. Además, debe existir disponibilidad de agua); Pedagogía (se debe detallar los horarios de estudios, número de días a la semana, número de estudiantes, determinar horario de descanso y recreo, conocer el currículo que impartirá el docente); Autocuidado e higiene, es decir, protocolo y medidas de seguridad a implementar con los estudiantes y docentes.
Las autoridades informaron que se priorizaron sectores dispersos por el bajo nivel de contagio. “En estos lugares hay muy pocas personas contagiadas, según las cifras del Ministerio de Salud. Además, la dinámica rural es distinta en cuanto al trabajo, los padres de familia salen a sus jornadas laborales y no tienen con quien dejar a los estudiantes”, indicó Silva.
Señalética
Los establecimientos educativos que están dentro del plan piloto trabajan en la colocación de señalética y en la capacitación a los docentes. Desde la Coordinación Zonal de Educación habrá un permanente acompañamiento y seguimiento durante este proceso.
En Quito, algunos colegios ya emprendieron este piloto. Por ejemplo, Pachamama arrancó clases hace dos semanas. Hasta este martes 6 de octubre, son 120 alumnos que voluntariamente acuden a clases presenciales.
Según el director de Pachamama, Dominik Gorris, “hay un compromiso compartido con todas las familias, justamente para tener un ambiente y espacio saludable y seguro".
Gorris precisó que se cumplen estrictas medidas de seguridad entre el personal docente y los estudiantes.
“La regla interna es que por clase no se supere los siete estudiantes. Es obligatorio el uso permanente de mascarillas, toma de temperatura, limpieza y desinfección de ambientes, portar un kit personal cada estudiante, toda la institución tiene más lavabos para un frecuente lavado de manos", añadió. (I)