Parlamento francés empieza a examinar ley sobre "fin de vida"
Los diputados franceses empezaron a examinar el martes una proposición de ley sobre el fin de la vida, que apunta a unir a la izquierda y a la derecha pero que no satisface ni a los partidarios del derecho al suicidio asistido ni a los adversarios de la eutanasia, que estiman que el texto va "demasiado lejos".
Antes de abrirse los debates parlamentarios, varias decenas de manifestantes antieutanasia se agruparon cerca de la Asamblea Nacional para expresar su oposición al texto, considerando que es "demasiado impreciso" y va "demasiado lejos".
Paralelamente se realizó una manifestación de decenas de miembros de la Asociación por el Derecho a Morir con Dignidad (ADMD) que reclamaban una "ley de última libertad".
El lunes, cinco altos dignatarios religiosos, cristianos, judío y musulmán, hicieron un "llamamiento urgente" a que la ley no pueda llevar a "decidir dar la muerte".
Los autores de la proposición de ley, los diputados Alain Claeys (socialista) y Jean Leonetti (UMP, derecha), a los que el gobierno encargó la misión "con un espíritu de unidad", abogan en favor de un "derecho a la sedación profunda y continua" hasta el deceso de los enfermos incurables en estado terminal.
Las "directivas anticipadas", con las que cada persona puede manifestar su voluntad de rechazar el encarnizamiento terapéutico, serán vinculantes para los médicos, lo que no es el caso hoy.
El presidente François Hollande, que prometió durante su campaña para la presidencia una "asistencia médica para terminar la vida con dignidad", adoptó las propuestas de los dos parlamentarios.
Pero las posiciones divergentes atraviesan los partidos políticos.
Entre los socialistas, unos 120 diputados apoyan el texto, pero otros tantos desean que se vaya más lejos y abogan por una "asistencia médica activa para morir", es decir el suicidio asistido, e incluso la eutanasia en ciertos casos.
En la UMP, principal partido de la oposición de derecha, hay también una fractura entre una amplia mayoría que aprueba el texto, considerado "equilibrado", y varias decenas de diputados que desean que se mantenga la ley actual.
La ley que rige actualmente en Francia, adoptada en 2005, prohíbe el encarnizamiento terapéutico cuando los tratamientos son "inútiles, desproporcionados o tienen por único efecto el mantenimiento artificial de la vida". El cese del tratamiento está autorizado en ciertos casos.
El texto, para el que se presentaron más de mil enmiendas, será discutido hasta el miércoles por la noche como mínimo. Su voto está previsto el 17 de marzo, tras lo cual será enviado al Senado.