La pandemia obligó a las madres a sobreexigirse
Elizabeth Cajamarca es neumóloga del hospital Carlos Andrade Marín. Desde hace 13 años es madre y está en primera línea de combate contra la pandemia por el covid-19.
Comenta que desde que empezó la emergencia sanitaria cambió su vida y la organización. “En la institución tengo que concentrarme en mi trabajo, lo hago con el corazón”.
Pero cuando llega a casa realiza todos los cuidados para evitar contagiar a la familia. “Es un rito: cambios de vestimenta en cada área, lavado de manos permanente, limpieza de las áreas con hipoclorito... se ha vuelto una rutina”.
Pero lo que más le duele a Elizabeth es cuando le dice a su hijo que no puede abrazarlo por el temor de que le pase algo.
“Ver sus ojitos tristes por tratar de entender lo que está pasando es difícil. A veces me pregunta por qué ya no le quiero y tengo que, en medio de mi estrés, sentarme desde lejos y decirle que es lo que más amo en mi vida y que lo estoy cuidando”.
Otra realidad
Desde que inició la crisis sanitaria por el covid-19, en Ecuador, alrededor de 365.000 trabajadores se acogieron a la modalidad de teletrabajo.
De este total, una gran parte son mujeres y madres que, desde que se inició la pandemia, realizan un doble esfuerzo: trabajo de oficina y cuidan de los hijos y de la casa.
Según las cifras del INEC, de cada 100 horas, las mujeres destinan 88 y los hombres 12 a las actividades del hogar.
Por ejemplo, Mariela (33 años) es diseñadora gráfica y su jornada empieza a las 07:00, hora en que se levanta su hijo de 3 años. Prepara el desayuno, lo asea y lo viste hasta las 09:00, que es cuando inicia su jornada laboral.
Pero su rol de madre no concluye. Mientras trabaja, cuida a Camilo, inventa juegos, evita que se lastime, le prepara un lunch, etc.
Comenta que en ocasiones la situación la satura, pues al mediodía debe pensar qué preparar para el almuerzo, mientras realiza sus diseños.
Para no perder su trabajo, Mariela hace adelantos en las noches, cuando Camilo duerme. “De 21:00 a 23:00 puedo concentrarme y trabajar como lo hacía en la oficina. Sin embargo, en ese horario también aprovecha para lavar la ropa de los dos”.
Phumzile Mlambo-Ngcuka, secretaria general de ONU Mujeres, señala que a escala mundial las mujeres representan el 70% de quienes trabajan en la atención al público en los sectores de salud y sociales, como enfermeras, parteras, personal de limpieza y lavandería.
“Necesitamos contar con estrategias de mitigación dirigidas específicamente a los efectos del brote de covid-19 en la salud y la economía de las mujeres”.
La jurista y experta en género Jéssica Jaramillo señala que cuando hablamos de maternidad y trabajo, actualmente las mujeres viven una etapa de sobreexigencia.
“Es preciso entender los orígenes de la división sexual del trabajo que radica en el ámbito familiar”.
La experta menciona que esta división del trabajo entre ambos sexos, tanto en el asalariado como en el trabajo doméstico, está marcado por cómo la sociedad entiende el papel de varones y mujeres.
Por esa razón, aunque las mujeres se han insertado al espacio laboral, siguen encargándose del cuidado de los hijos y de las tareas del hogar.
“La situación actual sobreexige a las mujeres, que ya venían haciendo una doble función en la casa y el trabajo, sumando a esa carga la teleescuela”.
Jaramillo añadió que normalmente las mujeres realizan más del 75% del trabajo no remunerado y, además, le dedican tres veces más tiempo que los hombres. (I)