Mandela y Zainet son dos gatos negros rescatados que viven en el refugio Protección y Ayuda a Nuestros Animales (PANA), en La Pradera II, sur de Guayaquil. Juegan con los demás animales en forma despreocupada, ajenos a los terribles prejuicios que cargan a sus espaldas, por supersticiones absurdas y creencias milenarias.

Los gatos negros son asociados con magia negra, brujerías y temas diabólicos. Que un gato negro se cruce en el camino de alguien es considerado por muchos como de mala suerte. Y eso hace que las personas que buscan adoptar un animalito, se fijen poco en ellos. En los refugios los gatos negros están por mucho tiempo, ante el poco interés en ellos por parte de los adoptantes.

En octubre de cada año la situación se agrava, pues estos felinos enfrentan otro peligro: caer en manos de grupos satánicos o brujos, que los utilizan para ritos y sacrificios.

El misticismo que rodea el Halloween, llamado también Noche de Brujas, de los Muertos o los Santos Difuntos en países latinos, se presta para la realización de estos rituales. En ellos los gatos negros son importantes, precisamente por su asociación con la magia negra.

Por ello muchos grupos animalistas no dan en adopción a los felinos en este mes. Katiusca Delgado, presidenta de PANA, dice que todo inició como una leyenda, pero se detectó que era realidad. “En octubre, hay gente que pide en adopción gatos negros, o se los roba, para sacrificarlos. Hay estas sectas que hacen esto”.

La joven, quien lleva varios años dedicada a la protección animal, asegura que las fundaciones se cuidan. “Hay personas que salen de la nada y justo para estas fechas quieren adoptar gatos negros. Es sospechoso porque la mayoría de estos gatos siempre son rechazados. Pero en esta época se dispara el índice de solicitudes de adopción y empiezan a pedirlos”.

Según la activista, hoy en día está muy marcado lo de los ritos satánicos y la brujería en cierta parte de la sociedad. Por eso procura encerrar a los gatos negros para evitar que se los roben.

“A nosotros nunca nos ha pasado, pero en Quito sí se ha dado que encuentran gatos negros muertos en cementerios para estas fechas. Eso nos asusta, pensamos que la humanidad ha evolucionado, pero ocurren estas cosas”.

Mandela (i)_fue abandonado envuelto en alambre de púas. A Zainet (c) la dejaron dentro de una caja en la vía pública. Ambos permanecen en el refugio de PANA. Foto Lylibeth Coloma

Por eso, si los dan en adopción es a personas extremadamente de confianza, que ya conocen. “Si alguien tiene gatos negros, debe cuidarlos, tenerlos en jaulas y que no salgan a la calle, para evitar que se los roben”.

Gatos negros, los más abandonados

Con ella coincide Mónica Chonillo, de la fundación Trato Ético de los Animales (TEA). La activista insiste en que es mejor no entregar gatos negros a desconocidos, no solo este mes sino siempre.

“Estos animales demandan una precaución especial porque son blanco de supersticiones. Siempre el mayor indice de abandonos felinos por parte de las personas, se da en camadas de este color”.

Es difícil que alguien quiera adoptarlos debido a la cantidad de prejuicios existentes, afirma Chonillo. “De hecho, quien solicita un gato negro en adopción en cualquier época del año nos pone en alerta de inmediato”. Por eso TEA siempre procura ir al sitio donde vivirá el animal y efectuar un seguimiento riguroso una vez que el adoptante se lo lleva.

Otra alerta es porque en algunas regiones del país, hay gente que pide en adopción animales negros supuestamente para tenerlos como mascotas, pero los utilizan para elaborar “remedios”.

Katiusca 'Kat' Delgado, presidenta del Refugio PANA, cuida a sus gatos, en especial durante este mes. Foto Lylibeth Coloma

La alerta no solo se da en Ecuador. A través de redes sociales se difunden campañas al respecto. En Estados Unidos, fundaciones animalistas también recomiendan no dar gatos y perros negros ni blancos.

La página 20minutos.es dialogó con Phil Morgan, director ejecutivo de la Sociedad Protectora de Animales de Kootenai, en Coeur d’Arlene, Idaho, quien señaló que “es como una leyenda urbana. Pero en la industria de las agencias de protección es bastante común que no den en adopción gatos negros o conejos blancos debido a todo eso de los sacrificios satánicos. Si es que podemos evitar que un animal salga lastimado, entonces vale su cometido”.

En 2016, diariosur.es dialogó con Carmen Manzano, directora de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga, España. Ella confirmó que en el país ibérico la decisión se tomó hace cuatro o cinco años y es bastante frecuente entre las fundaciones a nivel nacional.

En la entrevista, señaló que a estos animales (totalmente blancos o negros), los que no tienen manchas, los consideran ‘puros’ y “les hacen barbaridades”.

Manzano mencionó un ejemplo: la ‘sonrisa del payaso’, que consiste en rajar el hocico del animal hasta rozar las orejas. “Luego están los rituales relacionados con las misas negras y el vudú. Nos lo hemos encontrado en varias ocasiones”.

Por eso, dijo, a la gente se le explica la situación cuando llega. “Y quien de verdad tiene interés en acoger a un animal de este tipo, espera”.

En Hungría, un refugio de animales, acosado por peticiones de adopción de gatos negros antes de Halloween, descubrió que procedían de grupos satánicos y decidió no entregar ninguno antes de la fiesta, informó la agencia de noticias AFP.

“Esos gatos gustan mucho a los satánicos, que quieren sacrificarlos durante misas negras en el periodo de Halloween”, indicó Kinga Schneider, responsable del Arca de Noé, el principal refugio de animales de Hungría. Según ella, después de Halloween, esos extraños candidatos a la adopción “nunca vuelven a llamar”.

Creencias milenarias

La asociación de los gatos negros con lo satánico y la brujería al parecer nació en la Edad Media, cuando se realizaban las cacerías de brujas. Generalmente eran mujeres ancianas quienes encontraban a estos animales y los cuidaban, y luego eran acusadas de brujería.

Una historia muy conocida es la de dos hombres que se cruzaron con un gato negro y le arrojaron piedras. El animal, asustado y herido, se escondió en la casa de una anciana acusada de brujería. Al otro día la mujer apareció con algunas heridas, por lo que la creencia general fue que ella se había convertido en el felino.

Sin embargo hay países en los que a los gatos negros se los consideraba sagrados. En Antiguo México y Egipto se los relacionaba con el culto a la diosa Bastet.

En la Inglaterra victoriana se consideraba que si unos novios recién casados se encontraban con un gato negro, esto simbolizaba prosperidad en el matrimonio.

Los marineros creían que tener un gato a bordo les traería buena suerte. Sus mujeres solían tener uno en casa, ya que esto parecía “asegurar” que sus maridos volverían sanos y salvos a sus casas. (I)