Nueva opción de trasplante de córnea reduce posible rechazo
María Concepción Cedeño, de 72 años, tenía tres años con molestias en su ojo derecho, veía entre sombras y padecía de frecuentes dolores y lagrimeo. Un día que se dirigía a su trabajo, como empleada doméstica, le cayó una “basurita” en el ojo y le dañó la córnea.
Desde entonces, la septuagenaria peregrinó por varias casas de salud de la ciudad, hasta que en abril de este año ingresó en la lista de espera para un trasplante de córnea en el hospital Luis Vernaza, donde cientos de asegurados al IESS, como ella, se atienden. La cirugía solucionaría su problema.
Sin embargo, su caso era diferente al de los cuarenta pacientes que también constaban en la lista. El cirujano oftalmólogo Robin Ríos manifiesta que ella no necesitaba un trasplante de córnea total, sino endotelial, que se refiere a la parte posterior del tejido de esta zona del ojo.
El caso de Cedeño es el primero de este tipo que se efectuó en la institución médica. “La córnea, como estructura, tiene varias capas. Se puede realizar el trasplante de toda la córnea o solo una parte y eso fue lo que se le hizo”, dice Ríos.
El especialista explica que a diferencia del trasplante penetrante, en el que se quita toda la estructura corneal, en el endotelial no hay suturas. Solo se realiza una herida superior, que es por donde entra el tejido.
Todo es a nivel interno, porque la córnea se adosa automáticamente. También destaca que la recuperación visual es del 80%. “El ojo como tal se inflama menos, los riesgos de rechazo del trasplante son menores que en otro método”.
Sin embargo, señala que la particularidad de este procedimiento es conseguir al candidato idóneo, porque no es para todas las enfermedades de la parte posterior de la córnea. Esta tiene que estar en la condición específica -el daño debe ser a nivel posterior y que la capa anterior se mantenga-, de lo contrario se haría un trasplante total. Esa razón la hace menos frecuente.
“Ahora ya no veo sombras, puedo distinguir los colores de lejos y mejor cuando las personas se me acercan. Estoy agradecida con el donante y con el doctor que me atendió”, expresa María, quien esta semana acudió a su control.
En el Hospital Guayaquil aún no se desarrolla este procedimiento, según Diana Navia, directora del Banco de Ojos, que fue certificado por el Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células (Indot).
Navia, también oftalmóloga de la mencionada casa de salud, dice que el trasplante de córnea endotelial es una técnica que se ha desarrollado según las habilidades de cada especialista y no es frecuente porque el médico debe tener claros los criterios para realizar la operación.
Hasta el momento se han contabilizado 20 trasplantes penetrantes con córneas nacionales, desde que en agosto del 2011 se realizaron las cirugías.
El éxito de los trasplantes
Diana Almeida, directora del Indot, indica que las córneas nacionales que se almacenan -previamente procesadas- en los tres bancos de ojos del país, son de excelente calidad con respecto a las importadas.
Explica que las razones se dan porque “nuestros donantes son personas jóvenes. En Ecuador hay un cierto número de personas que mueren antes de los 40 años. Además, porque el tiempo del proceso y la extracción de la córnea del trasplante es menor al que demanda una córnea traída desde el exterior”.
No obstante, para Ríos es falso que las córneas utilizadas en Ecuador hayan sido rechazadas de los países de donde provienen. En ocasiones ocurre que los pacientes rechazan córneas de donantes jóvenes, por lo que no es una garantía.
De hecho, comenta que existe un estudio del donante corneal, realizado entre EE..UU. y otros países, sobre los beneficios de las córneas de los donantes mayores de 65 a 75 años, con relación a los más jóvenes.
En la investigación no hubo diferencia significativa en la edad del donante “ya que lo importante es el número de células endoteliales”.
Con este punto coincide Diana Navia, oftalmóloga del Hospital Guayaquil, quien dice que el paciente puede ser joven, pero si no tiene las células que se necesitan no sirve la membrana. La córnea debe ser analizada y tener 2.500 células por milímetro cuadrado, porque si esta cifra es menor el trasplante no será 100% exitoso.
Dice que aunque una persona puede ser donante desde los 6 ó 7 años de edad hasta 60 ó 70 años, lo ideal es que las córneas provengan de aquellas que tengan entre 20 y 40 años, porque mantendrán intactas sus células endoteliales.
No obstante, para Mario Gaibor, cirujano oftalmólogo y quien fue el coordinador de trasplante de córneas en el hospital del IESS Teodoro Maldonado Carbo, el éxito se debe a la cantidad de células de las córneas y la edad del paciente. Las dos cosas van de la mano.
Asimismo, agrega, las córneas donadas, a diferencia de las que tienen un costo, “cuentan con menos células, porque han sido extraídas de pacientes que tienen más edad. Las compradas, en cambio, son mejores”.
DATOS
En el país se han desarrollado 170 trasplantes con córneas nacionales en hospitales públicos. A nivel privado van 237, que han utilizado córneas importadas.
En el Hospital Teodoro Maldonado Carbo se realizaron cerca de 150 trasplantes de córnea penetrante. En 2011, en el Hospital Vernaza se dieron 24 y este año, más de 15.
El Banco Nacional de Tejidos (Bantec) que funciona en Quito en el Hospital Eugenio Espejo tiene dos filiales: hospital Abel Gilbert Pontón, en Guayaquil; y el hospital Vicente Corral Moscoso, de Cuenca.