Nick: Una vida con humor y sin limitaciones
Nick no solo se ríe, sino que se burla de todo un poco, incluso de sí mismo... recuerda aquella vez que mientras iba en su carro una chica del auto contiguo comenzó a observarle. “Ella solo lograba ver mi cabeza... entonces yo solo hice esto...” y empezó a dar giros en el escenario. “La chica pensó que mi cabeza daba una vuelta de 360 grados y gritó horrorizada”, relató riéndose.
Lo que Vujicic hizo frente a la muchacha no obedece a ningún acto de magia. Más bien la explicación es simple y cruda, pero no tanto para él, al menos ya no... Nick no tiene brazos ni piernas, pero le sobra sentido del humor.
La pequeña formación de una especie de dedos en el lado inferior izquierdo (producto del síndrome de tetra-amelia, con el que nació) es su principal herramienta para el diario vivir: con ellos se cepilla los dientes, hace su desayuno, se impulsa para nadar, maneja los controles de su silla de ruedas y escribe 43 palabras por minuto en una computadora.
Dice que no tiene límites: surfea, cocina, toca un sintetizador que suena como una batería y, lo mejor, ha logrado ingeniarse la manera de abrazar a su bebé de ocho meses.
Su optimismo lo ha llevado a ser imagen e inspiración y a recorrer el mundo con sus charlas y conferencias de motivación.... Ecuador fue uno de sus destinos.
Sin embargo, la vida de Nick ha tenido períodos oscuros, de dolor e incertidumbre...
La primera vez que se sintió como una persona discapacitada fue tras una lesión por jugar fútbolA los ocho años se sumió en una profunda depresión que lo llevó a plantearse el suicidio, intentando ahogarse en la tina de su casa. Las constantes burlas que recibía de parte de sus compañeros de curso son parte de los recuerdos más hostiles y dolorosos de su infancia, aspectos que superó con el paso del tiempo y con el apoyo de su familia, por lo que continuó sus estudios secundarios y superiores.
Este especialista en Contabilidad y Planificación Financiera contrajo matrimonio el año pasado.
En las fotos de su boda, Nick (de 31 años) sonríe junto a su esposa Kanae Miyahara, una hawaiana de ascendencia coreana, a quien conoció en uno de estos simposios.
Toda su vida, los obstáculos y las ausencias afrontadas lo llevaron siempre a plantearse la soledad y a encarar su temor a ella... pero llegó su esposa y también su pequeño hijo.
A pesar de los pronósticos de los doctores que aseguraban que Nick no podría caminar, él fue más allá de eso... logró practicar paracaidismo e incluso jugar fútbol.
Precisamente esta última actividad lo llevaría a sentirse por primera vez como una persona con discapacidad.
“Yo amo jugar fútbol, pero sabía que no podía pegarle al balón con la cabeza porque era muy bajo de estatura, tampoco patearla porque estaba muy alta para mí” contaba.
-¿Han visto la película ‘Matrix’, cuando ellos saltan en el aire en cámara lenta?, pregunta a la audiencia presente en su conferencia.
“Yo hice lo mismo”, acota. “Tenía que pegarle a la bola antes de que esta me pegue a mí. Así que yo salté, ‘uuuuuuuuuuu’, y la bola pegó en mi pie, yo solo sentí un ‘crack’. Me había lastimado tan duro el pie que no pude movilizarme por tres semanas”.
El ambiente antes de su aparición en uno de los salones del Centro de Convenciones -donde se desarrolló la actividad- era como la antesala a un concierto.
Laicos, católicos y evangélicos estaban reunidos. Se percibía una mezcla de sensaciones: ansiedad por verlo y conocerlo, pero también un cierto morbo por saber si realmente era quien esperaban ver: una persona sin extremidades.
Entonces Nick ingresó a la sala de conferencias con ayuda de su traductor, que lo levantó y lo subió a una mesa de tres metros, forrada de una tela negra por la que se desplazó, frente a las miradas de asombro de los asistentes.
Con un torpe español, Nick saludó y agradeció la asistencia, para luego compartir su historia de vida, en donde -dice- Dios es protagonista.
Burlarse de sí mismo, de sus dificultades y de su discapacidad es uno de sus rasgos evidentes, su arma de lucha. “Una vez un grupo de niños se me acercó. Asombrados los pequeños me preguntaron qué me había ocurrido. Yo les dije que esto es lo que pasa cuando las personas consumen cigarrillos”. Las personas ríen durante la charla y las carcajadas ceden a ratos para dar paso a los momentos de reflexión.
Entre los asistentes estaba Washington Arellano. El joven de 23 años había revisado todos los videos de Nick. “Es sorprendente ver cómo puede hacer todo, inicialmente pensé que era falso. Dudaba mucho de que pudiera surfear. Por eso vine a verlo y escuchar su mensaje”.
El lema de la charla fue “sin brazos, sin piernas, sin límites”, y éste fue el concepto que Nick reforzó durante las casi dos horas que duró la jornada motivacional, organizada por grupos cristianos de la ciudad. “Si solo crees en lo que ves, no eres una persona de fe. Se necesita creer en algo que se ve, pero cuando esto no pasa es cuando le pides ayuda a Dios”, dijo Nick al referirse a la fe, su pilar de vida.
Esta esperanza es la que -asegura- le hace conservar en su armario un par de zapatos, solo por si acaso Dios decide darle piernas algún día, dice entre el sarcasmo y la convicción.
DATOS
Ha recorrido 49 países, donde ha impartido congresos y charlas motivacionales a grupos numerosos de personas.
Es protagonista del cortometraje ”El circo de las mariposas”, que estuvo dirigido por Joshua Weigel.
Ha publicado dos libros: “Una vida sin límites” y “Un espíritu invencible”, que han vendido millones de copias. Prepara otros.
A los 19 años se convirtió en orador motivacional.
Es hijo del pastor Boris Vujicic y de Dushka Vujicic, quien fue enfermera.