El nacimiento en una zona rural ya no es motivo de riesgo en Ecuador
Nayelí Haro está embarazada. Es su primer bebé y, como toda madre, tenía inquietudes sobre los posibles riesgos que conlleva dar a luz en un lugar alejado, como es su parroquia rural Eugenio Espejo, en la provincia de Imbabura.
Para ella, como para muchas otras mujeres, dar a luz en una zona rural representaba un riesgo.
El desconocimiento de las señales de alerta como presión alta, sangrado, embarazos múltiples, entre otros, sumado a la distancia entre los establecimientos de salud más cercanos podrían acarrear consecuencias graves.
Una de las misiones del Plan Toda una Vida, encabezado por Rocío de Moreno, es Misión Ternura, un programa emblemático que atiende de manera integral a los niños desde su gestación hasta los cinco años de vida.
La Secretaría Técnica del Plan Toda una Vida es la encargada de articular las acciones para la ejecución de esta misión, con los ministerios de Inclusión Económica y Social, Educación y Salud.
Por este motivo, y con el fin de impulsar el cuidado de la madre y el bebé en las zonas más alejadas, el Plan Toda una Vida desarrolló estrategias de prevención con varias misiones, como las brigadas de “Las Manuelas” y el “Médico del Barrio”.
Desde el año anterior, a través del Ministerio de Salud Pública (MSP), se implementó esta estrategia para atender a las personas de los sectores más alejados.
Por ejemplo, en 129 establecimientos de salud, a escala nacional, se atienden a las madres y a los niños como controles prenatales, jornadas de vacunación, exámenes de laboratorio clínico, entrega de multivitamínicos y cursos de profilaxis.
El vivir en zonas alejadas no es impedimento para que el Gobierno Nacional lleve la asistencia necesaria a todos los grupos de atención prioritaria. Desde agosto de 2017, por medio de Misión Ternura, la cartera de Salud ha identificado a 4.178 mujeres embarazadas en estado de riesgo y tener un control adecuado.
“Me alegra tener visitas periódicas por parte de un médico para vigilar mi embarazo y poder dar a luz sin riesgo”, señala María Gualapuro, habitante de la parroquia González Suárez, en la provincia de Imbabura.
Las brigadistas “Las Manuelas” recorren el país para intervenir a las familias de las personas de grupos prioritarios. Sus equipos están conformados con personal del “Médico del Barrio” para dar atención integral a la familia.
“El Plan Toda una Vida es nuestro proyecto emblemático que nos permite acercarnos más a la población, en especial a los sectores rurales. Los ‘Médicos del Barrio’ son una ayuda importante en nuestros recorridos porque dan el primer apoyo en temas de salud”, afirma Rocío de Moreno, presidenta del Comité Interinstitucional Plan Toda una Vida.
En Imbabura, por ejemplo, la prevención de la muerte materna no solamente incluye el Sistema Nacional de Salud, sino que también hay el compromiso de la comunidad donde la partera ancestral tiene aún un papel importante. “En el tema de gestación, Misión Ternura tiene un gran objetivo, que es que las madres sean respetadas en su decisión de la forma que darán a luz”, comenta Rocío de Moreno.
Las parteras, que actualmente cuentan con una certificación por parte del MSP, establecen mecanismos de articulación de prácticas y saberes para integrar a las mujeres en el Sistema Nacional de Salud, con la finalidad de contribuir al mejoramiento de la salud materna y neonatal en el país.
A través de cursos de capacitación en temas de salud sexual y reproductiva, derivaciones de mujeres embarazadas, cuidado de recién nacido, identificación de complicaciones obstétricas o de riesgo y nutrición durante el embarazo, la cartera de Salud ha certificado a 2.460 parteras a escala nacional.
Rosa Colta, quien trabaja en coordinación con el Hospital San Luis de Otavalo, ayuda a las madres de este cantón hace 15 años y asegura que participa activamente de las capacitaciones de Misión Ternura y, además, del intercambio de conocimientos con los profesionales de la salud de la zona. (I)