Mujer denuncia abusos sexuales de monjas en un orfanato en Dublín
Yo era como una niña rechazada. Iba de hogar de cuidado en hogar de cuidado. Fue una niñez muy dura. Pero cuando llegué al orfanato vi crueldad más allá de lo que podía imaginar.
La BBC, relató la historia de Irene, nombre escogido para proteger su identidad, quien detalló los abusos físicos, psicológicos y sexuales que vivió desde los 6 a 11 años de edad, durante la década de los 60 en un instituto dirigido monjas de la Iglesia católica en Dublin, Irlanda.
"Eventualmente me llevaron a la guardería. Pero ahí fue donde comenzaron a abusarme sexualmente. Llegó un punto donde ya no podía aguantar más esa situación. Así que un día decidí meter mis dedos dentro de un enchufe de corriente... Lo único que recuerdo es que desperté y estaba un doctor al lado de mi cama. El doctor me preguntó por qué lo había hecho;Yo le dije que por toda la crueldad y el dolor. Y una monja me interrumpió y le dijo al médico: se lo dije, esa niña es un demonio. El diablo está dentro de ella", rememora.
Matratos físicos como pintar su cuerpo de pies a cabeza con una suerte de loción, en caso que tuviésemos piojos y comer avena con grandes grumos, son parte de sus memoria y sentencia en que la Iglesia católica debería estar avergonzada de lo que ha ocurrido.
"Han destruido la vida de tantas generaciones de niños. Nunca quise una familia, ni casarme o tener niños, porque para mí el mundo era un sitio cruel", refleja Irene.
Denuncias a la iglesia católica
En 1999 se registró una oleada de denuncias sobre abusos en escuelas, orfanatos e instituciones dirigidas por monjas católicas, curas y miembros de la comunidad eclesiástica en Irlanda.
En el 2002 el gobierno de Irlanda estableció un comité especial para fijar compensaciones a las víctimas de abuso, con la condición de que no hablaran públicamente de lo ocurrido.
Los últimos reclamos fueron aceptados en septiembre de 2011.
Sin embargo, para diciembre de 2014 se habían recibido 16.626 denuncias, de los cuales 15.527 obtuvieron compensación financiera.
Los costos legales del proceso superan los $215 millones.
"Cuando el comité se formó hablé por primera vez. Fue la primera vez que sentí que podía dejar todo atrás y seguir con mi vida, y que todo el mundo se enteraría de lo ocurrido. Esperaba que me dijeran lo sentimos, pero nada de eso ocurrió. El comité no estaba diseñado para eso. No había ni siquiera apoyo para las mujeres. Me enfurecí tanto que dije en la última reunión: no estoy aquí por dinero. No quiero su maldito dinero. Lo único que quiero es una disculpa", exclamó, pero nada pasó. (I)