Medicina ancestral en discusión
El famoso jabón prieto, para que se bañe y se caiga ese mal bajo que carga encima...”, recitaba ayer Primitivo Montiel, quien desde Jipijapa trajo en su bolso las “hierbas que curan el espanto”.
Ayer, los representantes de los grupos afrodescendientes, GLBTI, montubios, cholos e indígenas, se reunieron con Ronald Alvarado, líder de interculturalidad, derechos y participación social del Ministerio de Salud, en función de poner por escrito sus propuestas para el sistema nacional de salud pública.
Los saberes ancestrales, nacionales e importados, incluyen diferentes manifestaciones, como la acupuntura o el uso de hierbas mezcladas con puro para curar a los niños que se espantan cuando se caen del caballo, explicó Primitivo, convencido de que la albahaca, el huevo y la ruda de gallinazo (planta) pueden absorber las malas energías que causan las enfermedades.
Alvarado señaló que esta reunión busca que los líderes comunitarios se involucren con el funcionamiento del sistema de salud primaria.
A cada participante se le entregó una hoja para que anotara sus observaciones sobre el sistema.
La Ley Orgánica de Salud considera los saberes ancestrales y la medicina occidental como modelos aplicables para la salud pública.
Sin embargo, reconoce, estas prácticas, que incluyen a los sobadores, matronas, comadronas, quiroprácticos y acupunturistas, no son comunes en el sistema público por la novedad del planteamiento y porque los médicos reciben una formación occidental en las universidades.
Federico Koelle, de la fundación Cerro Verde, participó en el foro. Él y su grupo de trabajo, formado por 17 promotores de salud que se graduaron en noviembre pasado, plantean crear un sistema integral de salud y ambiente, que respeta los saberes occidentales y ancestrales de las comunidades que viven en el golfo de Guayaquil.
Hasta ahora han logrado mejorar el sistema de recolección de los desechos sólidos y reducir el consumo de gaseosas, bebidas que contienen azúcar.