Hoy, la Universidad Central, la segunda institución más grande del país (cuenta con 50.000 estudiantes) elige a un nuevo rector y dos vicerrectores, quienes estarán en el cargo por 5 años.

La Central luce empapelada con propaganda de los cuatro movimientos que se disputan el liderazgo: Nueva Universidad, Acción Académica, Alternativa Universitaria e Integración Universitaria.

Las instalaciones del coliseo, del estadio y la Asociación de Empleados están listas para recibir a más de 20 mil personas entre estudiantes, docentes y trabajadores que están habilitados para sufragar.

Los cuatro candidatos, que han ejercido la docencia por varias décadas, explican cuáles serían las primeras medidas a ejecutar en la Universidad Central en caso de convertirse en los nuevos rectores.

‘Nueva universidad’
Esta lista la encabeza el médico Édgar Samaniego, actual rector. Apuesta a la reelección porque, entre varias ideas, quiere “modificar y reformar la estructura del campus”.

Para ello anuncia que construirá siete edificios inteligentes para reemplazar aulas prefabricadas.

Además asegura que reforzará la formación pedagógica de docentes y de Ph.D a través de la firma de convenios con universidades hispanohablantes. Así también propone duplicar el núcleo de investigadores a tiempo completo, puesto que al momento existen 10. Durante su periodo como rector, Samaniego recibió el informe del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de Educación Superior, que ubicó a la Central en categoría B, principalmente por las falencias en la investigación, pero él critica la medida: “No hemos aceptado ni aceptaremos el informe del Ceaaces, al que consideramos atentatorio a la dignidad de la U. Central. Es un informe completamente negativo desde la metodología utilizada. Inclusive lo consideramos un acto político orientado a afectar al rector actual dado el proceso electoral”, dice.

‘Acción Académica’
Está liderada por el médico Fernando Sempértegui, quien se graduó en la Central en 1972.

En una entrevista a un medio radial dijo que reformará la planta docente balanceando los profesores contratados a tiempo completo y los que trabajan con otra modalidad.

Explicó que, a su juicio, en el último período no se ejecutó correctamente el presupuesto en innovación y especialmente en investigación. Precisamente, Sempértegui ha ejercido la investigación por muchos años, pues ha evaluado la vacuna contra la malaria y es autor de varios estudios científicos relacionados con los impactos contaminantes en la ciudad para el desarrollo fetal, el rol del zinc, y las virtudes de las vitaminas para prevenir la neumonía en niños.

‘Alternativa Universitaria’
El psicólogo y docente por 40 años, Franklin Tapia, expresa que busca el rectorado del Central por varias razones: la primera por reciprocidad. “Le debo todo a la Central, desde mi título, trabajo y experiencia”, dice.

Como medida emergente presentará un plan para regresar a la categoría A, que consistiría en incrementar la plantilla de docentes con Ph.D a un 70%. También aspira a impulsar propuestas de vinculación con la sociedad; y de infraestructura y tecnología. “No hay conectividad para que los estudiantes puedan acceder a Internet. Tenemos problemas en aulas, en baños, en infraestructura”, enfatiza. Sobre Tapia se ha mencionado que es afiliado al MPD (Movimiento Popular Democrático) y que fue dirigente estudiantil del FRIU (Frente Revolucionario de Izquierda Universitario). El docente lo niega.

‘Integración Universitaria’
El matemático y consultor político, Jorge Arroba, dirige este movimiento. Hace 4 años fue vicerrector académico con la directiva actual.

En caso de ser rector anuncia que su principal acción también será recuperar la categoría A. Asegura que ya tiene un documento de mejoras en el que propone más profesores a tiempo completo e impulsar la investigación en estudiantes con la entrega de 5 mil becas al año. El plan también mejoraría la escala remunerativa. Según Arroba, actualmente un profesor de la Central gana $3.000, pero lo ideal sería igualarlo con un docente de la Espol, que gana $6.000 mensuales.