Nosotros quienes hemos vivido en la exclusión apreciamos la dimensión de una visita del Santo Padre, que más allá de la emoción, nos anima a continuar en el camino transformador del ser humano. Los pueblos y las nacionalidades de la América indígena queremos hacerle saber a usted y al mundo que no fue vana la tarea de declarar en la Constitución de 2008 al Ecuador como un Estado plurinacional e intercultural como el arma implacable de paz social mediante el encuentro y el diálogo, producto de años de lucha. Ese es el Ecuador de hoy, un Estado en el que todas las nacionalidades, y las culturas, y en fin, los pueblos, ven a la integración y al desarrollo social, a la redistribución de la riqueza, el acceso a los bienes y servicios, y al respeto a la pachamama, como la única opción para derrotar la desigualdad, la pobreza y la injusticia social.

A su llegada, Santo Padre, fueron niños y jóvenes representando a la diversidad de los 18 pueblos y 14 nacionalidades de las tres regiones Costa, Sierra y de la Amazonía, así como la multiculturalidad de nuestro país. Ese hecho, que ante los ojos superficiales puede ser visto como algo simple y protocolario, para nosotros es un acto demostrativo de participación dentro del Estado ecuatoriano.

Le decimos a usted Santo Padre que pida a Dios para que los pueblos caminemos con nuestros propios ojos, nuestros propios pies y nuestros propios pensamientos, así también por los gobernantes para que ayuden a liberar a los pueblos con justicia y dignidad. Nosotros también oraremos para que usted desde su santidad haga realidad el proyecto de vida de Jesús.

Le contamos que el Ecuador de hoy camina hacia la construcción de equidad y justicia con respeto a los derechos humanos y a la naturaleza; no es fácil porque todo proceso de cambio genera reacciones de grupos, que han concentrado históricamente el poder y han mantenido subyugado al pueblo a sus intereses.

Los avances que en materia de educación intercultural se han logrado en el Ecuador son fundamentales para preservar nuestra identidad ancestral, idioma, ciencia, tecnología y economía; esto, no puede desconocerse como mérito del Nuevo Ecuador, en el que la mayoría hemos aportado decididamente para que en la nueva casa común, se entienda ahora a la economía y al progreso, para alcanzar la justicia social, con equidad e inclusión en todos los ámbitos.

Ahora, en el Ecuador, la economía no es la del capital, sino que, al tiempo de respetar la iniciativa y la propiedad privada con función social, las políticas públicas se orientan a la redistribución de la riqueza para generar condiciones materiales e inmateriales para el buen vivir de todas y todos los ecuatorianos y ecuatorianas, pensando en el ser humano y en la familia. En el presente y en el futuro.

La política como acción de vida en comunidad y responsabilidad nos obliga a asumir roles que forjen el destino en procura del bien común, precisamente por ello es que asumimos participativamente nuestro rol protagónico en la construcción de un Ecuador más humano y más justo.

Pero sabemos que quienes no quieren reconocer son los necios que quieren mantener las cadenas de la inequidad y las brechas de la desigualdad, con cualquier pretexto y sin razón.

No es suficiente lo que se ha logrado hasta hoy, sabemos que falta mucho por hacer. Pero lo alcanzado no puede desconocerse. Este es el inicio de un largo y esforzado camino; de un camino liberador en paz al que no renunciaremos por causa de los injustos que no ven a la igualdad social como factor de desarrollo económico y superación histórica. Transformar las injusticias sociales no solo con buenas intenciones, sino de acciones vitales para que las generaciones que nos hereden vivan con dignidad y equidad.

En esa tarea nos hallamos con el propósito de transformar al mundo, de trascender en la vida como nuestros abuelos lo hicieron. Confiamos en usted que la deuda histórica que tiene la Iglesia con los pueblos del Abya Yala sea restituida a los pueblos originarios.

Gratitud por tu visita, Francisco, y bienvenido a este Nuevo Ecuador, de paz y justicia social.

Delia Caguana
Presidenta de la Confederación del Movimiento Indígena de Chimborazo

Olindo Nastacuaz
Presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Costa ecuatoriana

Antonio Vargas
Kuraka de la circunscripción territorial kichwa de Pastaza

Orlando Tipán
Presidente de la Unión de Organizaciones Indígenas de Cotopaxi

Domerio Tipán
Coordinador del diálogo de la provincia de Cotopaxi

Moi Enomenga
Presidente de la Nacionalidad Waorani del Ecuador

Javier Aguavil
Gobernador de la Nacionalidad Tsáchila del Ecuador

José Quenamá
Nacionalidad originaria A’i Kofán del Ecuador

Wilson Chimbo
Presidente de la Organización Unión y Progreso-Bolívar

Marcelo Achi
UNORIC-Pichincha

Miguel Lluco
Dirigente histórico de Chimborazo

Manuel Caiza
Presidente del Movimiento Indígena de Tungurahua

Luciano Velásquez
Coordinador del diálogo del Cañar

Pedro Chango
Presidente del Movimiento de los Pueblos Indígenas de la Costa