Madrid celebra la marcha del WorldPride con mucha fiesta y mucha policía
Entre carrozas, música, banderas arcoíris y también mucha policía, cientos de miles de personas celebraban este sábado en Madrid la principal marcha mundial de reivindicación de los derechos de la comunidad LGTB.
Un nutrido cortejo se encargó de abrir la tarde, bajo el lema "Por los derechos LGTBI en todo el mundo", en referencia a la comunidad de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales.
"Todo este enorme movimiento, desde hace 40 años, ha conseguido cambiar el derecho" en España, donde los homosexuales pueden casarse desde 2005, dijo la alcaldesa madrileña Manuela Carmena, dirigiéndose desde un escenario a miles de participantes.
"Ahora nos queda mirar a todos aquellos que nos necesitan", allí donde la diversidad sexual es perseguida, añadió.
Tras la marcha, en la que estuvieron representadas las principales formaciones políticas españolas (incluido el gobernante Partido Popular) comenzaron a desfilar 52 carrozas.
Los vehículos avanzaban aclamados por los manifestantes: grupos de amigos venidos del extranjero, curiosos que se fotografiaban con 'drag queens', y también parejas heterosexuales y familias, todos ellos en un ambiente de fiesta, cervezas y refrescos en mano, y en medio de una marea de banderas arcoíris.
"Reivindicamos nuestros derechos como personas. Hay gente que no nos respeta, y en Madrid sigue habiendo agresiones, la más reciente por parte de unos neonazis" el fin de semana pasado a una pareja homosexual en el centro de la capital, dijo a la AFP Ricardo Méndez, de 23 años.
Diana Vanegas, colombiana de 30 años y residente en Estados Unidos, aprovechó sus vacaciones en España con su marido y su hija de un año y medio para participar en la cita.
"La niña no sabe lo que representa la bandera (arcoíris), pero todos respetamos esto. Tiene que respetar a todo el mundo" y "no juzgar a la gente por su sexualidad", explicó.
Entre las carrozas hubo algunas fletadas por partidos políticos españoles (Ciudadanos, PSOE, Podemos), y otras patrocinadas por multinacionales como Spotify o PayPal, lo que un sector de la comunidad LGTB criticó por la mercantilización que representa.
En la concentración fue visible la reivindicación de la comunidad transexual, pendiente en España de una reforma legal que permitirá cambiar el estado civil sin pasar por un tratamiento hormonal.
Y también la de los bisexuales.
"La bisexualidad está históricamente borrada del colectivo LGTB. O eres homo o eres hetero. Así que el salir hoy con una pancarta puede parecer una tontería, pero sirve para decir que existimos", comentó Carlos Castaño, militante bisexual en la federación española LGTB (FELGTB).
Un mensaje mundial
El año pasado, la gay pride madrileña reunió entre 800.000 y 1,2 millones de personas, en una ciudad que cuenta con unos tres millones de habitantes.
Para esta fiesta se esperaban entre uno y dos millones, aunque por el momento el ayuntamiento no tenía estimaciones exactas de la participación.
La cita mundial de este año, tras la celebrada en Toronto en 2014 y antes de la prevista en Nueva York en 2019, pone el acento en aquellos países donde la homosexualidad sigue estando perseguida.
Y es que las relaciones sexuales consentidas entre hombres adultos siguen siendo ilegales en 72 países, y las relaciones entre mujeres en 45, según la asociación internacional LGTBI (ILGA).
En seis países se prevé incluso la pena de muerte, señaló el ILGA, citando Irán, Arabia Saudí, Yemen, Sudán, Somalia y Nigeria, alarmándose asimismo por la situación de estas comunidades en los territorios controlados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Irak y en Siria.
Los organizadores llamaron la atención sobre el caso particular de Chechenia, una de las repúblicas de la Federación Rusa, donde se da una "persecución intolerable", según denuncian.
Seguridad reforzada
Temerosa de los atentados, Madrid desplegó específicamente para la cita a unos 3.500 agentes, entre policías, bomberos y otros cuerpos. A lo largo de la marcha, su presencia era muy visible, con numerosos furgones aparcados y un helicóptero sobrevolando la zona.
Las carrozas circulaban dentro de un perímetro protegido, y sus ocupantes tuvieron que identificarse. Igualmente se habilitaron carriles para emergencias y se instalaron hospitales de campaña.
España se ha visto a salvo de la ola de atentados del grupo EI que desde 2015 golpeó ciudades como Londres, París, Bruselas o Berlín. No obstante, Madrid vivió el 11 marzo de 2004 los atentados islamistas más sangrientos en suelo europeo, con 191 muertos.