Los últimos fanáticos fueron ayer a despedir al Bolocentro
El lugar donde por 27 años los amantes del juego de bolos pudieron ir a disfrutar y compartir con sus amigos y familia, atendió a su clientela por última vez el miércoles.
Al inicio de la noche la presencia de los jugadores fue escasa. Sus ex empleados explicaron que aquello se debió a que el miércoles, como siempre, es uno de los días con menor concurrencia.
La noticia de que Bolocentro, ubicado en la Av. Plaza Dañín y Av. Democracia, cerraría sus puertas tomó por sorpresa hace dos meses a los trabajadores del sitio, pero fue hace tan solo dos semanas que se confirmó la venta del local.
“Los dueños no habían cerrado las puertas porque sentían una obligación con la ciudadanía, de brindarle a Guayaquil un lugar para practicar este deporte; pero en la actualidad ya existen dos sitios que ofrecen estos servicios, entonces nos vamos con la conciencia tranquila de haber cumplido y aportado a la ciudad y a nuestro público”, comentó José Rafael Saverio, quien hasta hace un día cumplió en el lugar las funciones de asistente de gerencia.
Justo ayer Carmen Chalén asistió con su hermana y su mejor amigo para festejar su cumpleaños. Ellos desconocían de que sería su debut y despedida. “Me da pena saber que van a cerrar; me decidí a celebrar mis 23 años aquí, porque todo el mundo me ha dicho que es súper chévere”.
La fiesta de despedida y agradecimiento se realizó el lunes pasado, con los usuarios frecuentes. “Se cerró el local y reunimos a nuestra más fiel clientela, le agradecimos por sus largos años de apoyo y brindamos por haber podido concluir esta etapa con los mejores resultados”, afirmó Saverio, quien además comentó que se escogió el lunes para hacer la fiesta de despedida porque ese día el local estaba destinado para realizar los torneos de bolos.
El miércoles las puertas estuvieron abiertas para el público en general. Algunas de las personas que ingresaron al lugar acudieron para darle el último adiós al sitio en donde vivieron muchas experiencias; otras llegaron sin saber que sería el último día de atención.
El proyecto que inició en octubre de 1984 por unos apasionados de los bolos, fue escenario de cientos de torneos y sirvió de lugar de entrenamiento para muchísimos jugadores que representaron internacionalmente al Ecuador.
La música de Bolocentro, combinada con el sonido de las bolas al derrumbar los pinos, sonó hasta la media noche, hora en la que se dio por finalizadas más de dos décadas de trabajo.
Hasta el momento trascendió que en el lugar empezará a funcionar otra empresa.