Dominique Fache tomó la posta de la Fundación Sophia Antipolis este año y visitó Ecuador. Esa organización francesa se creó en 1984 con el propósito de establecer parques científico-tecnológicos que promuevan la industria y el despliegue de nuevas tecnologías.   

El pasado 4 septiembre, Ecuador firmó un Acuerdo de Cooperación con la fundación europea para recibir asesoría en la construcción de Yachay, la ciudad del conocimiento. Este vínculo posibilitará el intercambio de experiencias y prácticas guiadas por el modelo de gobernanza del parque científico Sophia Antipolis.

Fache es una persona que aprecia el potencial inmerso en los riesgos. Tiene consciencia de que los logros se moldean a un ritmo: la paciencia. Y esta no funciona sino con el combustible del trabajo constante. El ingeniero francés dijo "tengo la suerte de ver a mis hijos estudiar en un proyecto en cuya formación contribuí.

Trabajé con dedicación sin sentir las responsabilidades como un malestar". La fundación se ubica en Niza y está conformada por la Universidad Sophia Antipolis, un parque de investigaciones científicas, empresas e institutos. Firmas como Oracle o Hewlett Packard son algunas de las 1.414 empresas que operan ahí. En 30 años este grupo fortaleció redes de docencia e investigación en todo el mundo, incluso formó la Asociación Internacional de Parques Científicos (IASP) que reunirá en Brasil a 1.700 empresas este mes.

¿Bajo qué lineamientos surgió la Fundación Sophia Antipolis y cómo los cuidaron para que no se deslinden en este proceso que empezó en 1984?
Ocho miembros emprendimos esta iniciativa en Niza hace 30 años. Allí se vivía del turismo: la mayor fuente de trabajo. Miramos hacia adelante y surgió la iniciativa de crear un espacio de conocimiento que produzca alta tecnología. La gente nos tachó de dementes. El estado no adoptó nuestro plan, pero lo animó porque descentralizaría la producción económica del país. Ahora la producción de alta tecnología se convirtió en la mayor fuente de ingresos de esta ciudad. La vida y los tiempos cambian, debemos adaptarnos a las nuevas condiciones que se presentan y lo hicimos.

¿Cuál fue la esencia de impulsar el proyecto de los parques científicos y tecnológicos?
Fomentar trabajos. Integramos en un solo lugar una universidad (el conocimiento), un centro de producción tecnológica y una industria en desarrollo. Así, la gente se mancomuna. Esta visión nos permitió fabricar nuevos productos y formar compañías donde la innovación y la tecnología determinan nuevos ingresos.  

¿Por qué el aspecto energético es el eje transversal que tiene el parque tecnológico Sophia Antipolis?
Hay una frase famosa: si no te gusta el conocimiento intenta la ignorancia. Podemos aplicarla en el ámbito energético: si no crees en el potencial de la energía, censúrala. La energía es algo indispensable para que cualquier nación se desarrolle plenamente, no conozco otra vía.  Tenemos que inventar y ver lo que pasará en adelante. El mundo depende cada vez más de la energía. Hay que aplicar el "mal holandés": utilizar los recursos naturales para propiciar ingresos. Noruega, por ejemplo, no se fía solo del carbón sino que diversifica su industria. No puedes desarrollar industria ni actividades si no tienes energía. En la creación de este proyecto tuvimos opositores. Los políticos presionan por éxitos inmediatos. En ese marco Sophia arrancó sus funciones apostando por las nuevas condiciones de vida y las tecnologías. Al final el trabajo dio sus  resultados: Niza es más fuerte en la producción de tecnología que en turismo.     

¿A qué ritmo se presentaron los resultados que esperaban?
Primero  formamos un equipo, invertimos en infraestructura, es decir: preparar el camino que recorreríamos después. A los cinco años de creación de Sophia Antipolis nada relevante ocurría. Pero propiciamos mil plazas laborales. Hasta la fecha creamos 35 mil empleos en el ámbito energético. Esto y la fabricación de tecnología de punta genera salarios altos. Los trabajos de los investigadores producen 2 ó 3 más empleos (seguridad, por ejemplo). La influencia del parque es trascendental en la economía de la región y de Francia.

Parte de la oferta educativa de Sophia Antipolis es informática, comunicación y electrónica. ¿Cómo esas áreas pueden contribuir al desarrollo de las comunidades rurales?
El parque es una herramienta económica, política y filosófica para movilizar a la sociedad dentro de términos de la tecnología. Nuestra prioridad es proteger las ideas, recabar en la presentación de los productos y mirar al futuro, pensar sobre lo que viene. Incorporamos programas artísticos en nuestro modelo, también.  

En un país que discute la “energía limpia”, ¿cuál es el aporte que tienen parques científicos como este? ¿Cuál es la importancia de que un país rico en recursos hídricos se plantee la construcción de Yachay?
 Hoy existen oportunidades para países en desarrollo que entendieron la relevancia de la creación de nuevos trabajos y tecnologías. Si tienen riqueza de recursos naturales deben diversificar su economía y poner un valor agregado a sus productos, es lo mejor para la nación. No pueden confiar solo en una fuente de recursos naturales.

Yachay  apunta a modificar la matriz productiva del país, ¿cómo aportará su fundación a este fin?
Pese a la crisis europea nosotros anualmente creamos varios empleos e incluso construimos 15 mil kilómetros de edificios. La tecnología es un instrumento muy efectivo para el desarrollo económico: crea nuevas compañías. que es lo que más le va a favorecer al Ecuador. La importación es insuficiente. Deben crear bases (para la industria). También deben ubicar cerebros brillantes en sus proyectos y diversificar la producción de energía.

¿En cuánto tiempo se consolidan los parques tecnológicos?
Al inicio de Sophia Antipolis éramos 8 miembros, hoy 400. Estuve en Silicon Valley (EE.UU.) y la gente conoce de la fundación. Entienden nuestro concepto: hay una manera de desarrollo desde la tecnología que puede ser rentable para un país. Toma tiempo, exige dedicación.

¿En la trayectoria de la fundación qué  dificultades encararon?
Es preferible mantenerse positivos, no quejarse y viabilizar el éxito. Sophia atraviesa  su cuarta generación como compañía. A veces la gente se va, migra o es reclutada por otras firmas: “cest la vie”. Pero ustedes deben mantener este proyecto (Yachay E.P.) en marcha: crear  empresas y emprendedores. Por ejemplo, en Sophia tenemos una red de personas denominada "centros de negocios" que se componen de 40 ó 45 empresas.
 
Sophia Antipolis también ha cooperado con Argentina, Brasil, Paraguay y República Dominicana ¿cómo fue la experiencia en esos sitios y qué potenciales ve en el Ecuador?
Fuimos un grupo pequeño al inicio. Ahora crecimos. Nadie debe repetir nuestra experiencia. En Ecuador deben asegurar que los mejores talentos estén en las empresas.