“Los niños y ancianos son oprimidos por adultos”
José Carlos Ferrigno ha dedicado más de 12 años de su vida a los estudios generacionales en Brasil. Participó en el foro “Políticas públicas para la igualdad intergeneracional”, un espacio para reflexionar sobre las relaciones de poder generacionales y políticas públicas.
Este psicólogo de profesión tiene experiencia en la coordinación de programas donde se potencian actividades culturales, educativas y proyectos multimedia, en los que participan niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad.
¿Cómo debe ser entendida la intergeneracionalidad?
Es la relación entre las personas de distintas generaciones que debe existir en la sociedad. Pero la soledad de las personas, el aislamiento, la competencia, el consumismo sin propósito afecta a estos grupos etarios.
¿Qué problemas se pueden detectar entre generaciones?
La indiferencia y conflictos por intereses diversos. Según mis estudios, en América Latina y el mundo hay una relación dominante de la generación intermedia (personas entre los 28 y 50 años). Por ejemplo: el jefe de familia con su mujer domina a hijos y sus padres. Se habla de una “dictadura” contra niños y adultos mayores por parte de la generación intermedia o adultos. Ahora estas dos puntas del ciclo vital (niños y adultos mayores) están siendo desvalorizadas. A los niños se les pregunta qué quieren o qué son, en presente, y a los mayores se les pregunta qué fueron o qué pensaron. Para los adultos, ellos no tienen presente ni futuro.
¿Existe una complicidad en esos dos grupos?
Hay libros que hablan de una complicidad entre abuelos y nietos en contra de los padres, mientras que los padres creen que la abuela rompe la educación, en esos momentos los niños viven un momento muy especial de libertad y de magia.
¿Estas generaciones son aisladas?
Sí, partimos de una idea: que la máxima funcionalidad y potencia en el ciclo vital es la edad adulta. Es una concepción equivocada porque los teóricos de la educación y la ciencia nos dicen que las personas pueden continuar aptas para aprender hasta su último minuto de vida.
¿Cómo fomentar una dinámica armónica entre grupos etarios?
Desde los 60 hasta la actualidad hay programas generacionales con el objetivo de crear condiciones para una coeducación. Significa cambiar experiencias de universos culturales muy distintos. Hay que combatir el prejuicio etario para aprender de la diferencia.
¿Qué educan los adultos mayores a los niños?
Actualmente se desvalorizan las tradiciones. Los mayores tienen ese rol de preservadores de la memoria cultural, los valores éticos y saberes prácticos, como construir un juguete o hacer un plato de comida especial.
¿Y las generaciones más nuevas?
Los niños y adolescentes pueden transmitir las nuevas tecnologías. Hay aquellas personas que llaman al nieto para apretar el botón o para hacer más cosas. Las personas mayores que tienen contacto fuerte con los jóvenes tienen otra forma de entender la realidad, comprenderla mejor, así como sus transformaciones.
¿Entonces la tecnología no es una brecha que separa?
La tecnología es preciosa. Conozco trabajos de personas mayores que han sido blogueros. Por un lado, hay un proceso de alfabetización digital de mayores, por otro lado hay aquellos que tienen un dominio completo y contribuyen de modo efectivo a la sociedad. También hay casos en que esa tecnología de comunicación a distancia sustituye las relaciones físicas entre las personas. Eso no está bien porque nos separa.
¿Qué políticas públicas deberían servir de ejemplo?
La intergeneracionalidad está involucrada en políticas de salud, seguridad, educación. En Brasil, los adultos mayores reciben un salario mínimo, puede parecer poco, pero tiene un impacto en la familia. También existe la creación de instituciones socioculturales y clubes recreativos para ellos.
¿Qué experiencias de inclusión hay en Brasil?
Un grupo de arquitectos invitó a la población a construir un centro, aprovechando el conocimiento de los mayores en la técnica del adobe. Mientras que la medicina popular de un grupo de señoras tuvo tanta acogida que el Gobierno autorizó la producción en serie de sus medicamentos en centros de salud. Este fue un trabajo que resucitó a la comunidad.