En foro ‘Ecologismo Infantil del Papa Francisco’ dan pautas contra Gobierno
Los incrédulos del Papa apelan a su encíclica
Cuatro expositores, entre ateos, agnósticos, escépticos, 1 moderadora y 48 afines a Yasunidos, ex Pachamama, Acción Ecológica y otras ONG, se reunieron el martes pasado, aunque confesaron no creer en Dios ni en el papa Francisco, para analizar la úlitma Encíclica e identificar las partes que les servirán como herramientas para acentuar su lucha contra el extractivismo y el Gobierno, como hicieron énfasis en sus intervenciones y bromas.
De 17:47 a 19:15 se reunieron en una de las salas de la planta baja de la Biblioteca de la Flacso, en Quito. El foro se denominó ‘Ecologismo Infantil del papa Francisco’.
No zapateaban y no intimidaban con lanzas a pretexto de rechazar la explotación petrolera y minera, como lo hicieron el 28 de noviembre de 2013 contra el embajador de Chile en Ecuador, Juan Pablo Lira, y el empresario bielorruso Andri Nikonkov, cuando salían de la Secretaría de Hidrocarburos, en Quito, tras finalizar la XII Ronda Petrolera.
De manera atenta, formal y aplicada, escucharon a los expositores: Diana Amores, twittera; Xavier Guachamín, de la Comisión de Vivencia, Fe y Política; Esperanza Martínez, de Acción Ecológica; y Alberto Acosta, investigador de la Flacso, excandidato presidencial, extitular de la Asamblea de Montecristi y actual opositor del Gobierno. La atención se volvió incluso casi reverencial cuando Acosta, al iniciar su intervención, se levantó de la mesa de expositores y exclamó: “Me van a permitir subir al púlpito (plataforma desde donde se predica y se dirigen los rezos religiosos), porque como vamos a hablar de la Iglesia creo que es lo más apropiado”.
Más de una risa arrancó la broma especialmente entre los Yasunidos, colectivo que recibe respaldo y financiamiento internacional y de las ONG, como Oilwatch, Acción Ecológica, Pachamama, Tercer Mundo y Clínica Ambiental, para oponerse a la ejecución de las políticas públicas del Gobierno, como los nuevos proyectos estratégicos que comprometen recursos energéticos.
Para referirse a la denominada “deuda ecológica” que tienen los países ricos del norte con los del sur, desde el “púlpito” Acosta no leyó la Biblia, sino fragmentos de 2 libros autoría de él, de Martínez y del grupo de trabajo de Deuda Externa y Desarrollo, publicados a inicios de la década del 90. Por eso, para ellos no era novedad lo que ahora sostiene el Papa en la Encíclica.
Luego, no escatimó esfuerzos para dar lineamientos a los concurrentes para transformar la Encíclica en una herramienta de lucha contra la minería y otros abusos a la naturaleza, los pueblos, comunidades y demás.
Aprovechó ese espacio para arremeter contra el Mandatario al decir: “La iniciativa Yasuní-ITT fue muy grande para un presidente tan pequeño”. Incluso, invitó a estar atentos a lo que ocurre dentro de la Iglesia, pues no descarta que este Papa pueda ser solo de “transición”.
Martínez, quien se dijo atea o agnóstica, señaló que la Encíclica da una señal para que la gente siga luchando en Íntag, Pacto, Yasuní y otras zonas que se oponen al extractivismo. “Es una oportunidad para darse una sacudida de toda la cantidad de insultos y descalificaciones vividas estos años quienes estamos comprometidos con la naturaleza”.
Entonces habló del contexto global de la Iglesia católica y dijo que debido a los problemas que la agobian “ha perdido legitimidad”. A causa de ello, levantando la voz, indicó que esa institución religiosa tiene en el mundo 1,2 millones de fieles, frente a lo cual Acosta y el público los corrigieron indicándole que son 1.200 millones de católicos.
Respecto a Ecuador, debido a las protestas, dijo que el Gobierno vive una “crisis de legitimidad”, por lo que uno de los recursos que puede utilizar para salir de esa situación “es declararse coautor de la Encíclica”. Al final, también dio lineamientos para convertir la Encíclica en “un instrumento para fortalecer las luchas ecologistas”.
La twittera Diana Amores, si bien casi jura ante los presentes que no es activista ambiental ni política, indicó que la Encíclica “es un excelente compendio de todo lo que no se da en Ecuador, porque no hay puertas abiertas para el diálogo y la participación”.
Agitó entonces a los presentes a rescatar parte del documento del Papa para seguir en su lucha, “ante la falta de sinceridad” en el tema ecológico. (I)
DATOS
La Encíclica, que es una carta solemne que el Papa dirige a los obispos y fieles católicos adoctrinando en cuestiones de fe o costumbres, la emitió el 18 de junio pasado.
El documento, titulado Laudato si (Alabado seas), trata sobre el medio ambiente, pero gran parte se dedica a la desigualdad que sufre la humanidad, pues la considera una de las culpables de la crisis ambiental.
En su mensaje a 1.200 millones de fieles católicos, el papa Francisco pidió al mundo una “revolución valiente” para salvar el planeta, amenazado por el consumismo. Afirmó que la ciencia es clara respecto al cambio climático y que este es un asunto moral para la Iglesia católica.
La Encíclica se emitió a pocos meses de que los gobiernos se reúnan en la conferencia de la ONU sobre cambio climático de París. (I)