Infecciones en el estómago, neumonías, heridas quirúrgicas y hasta enfermedades sexuales, no existe una familia de patologías comunes que se libre de las cepas que han dejado de responder a los antibióticos.

Un informe divulgado por la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre la creciente resistencia de las enfermedades a los antibióticos. “Esto ya no es una predicción sino una realidad que puede afectar a cualquier persona de cualquier edad en cualquier país”, señala el estudio.

Pero la resistencia siempre ha existido, “el problema ahora es que no hay nuevos antibióticos que traten a los microbios”, explica  Pilar Ramón Pardo, asesora regional en Gestión Clínica de Enfermedades Infecciosas y vigilancia de la Resistencia Antimicrobiana, de la Organización Panamericana de la Salud.

El asunto de la resistencia de estos medicamentos se vuelve serio por 2 razones, explican los especialistas: la primera es que más de la mitad de los pacientes en el mundo que toman medicinas de forma regular ingieren antibióticos.

Y la segunda es que sin un antibiótico efectivo la tasa de mortalidad aumenta de 40% a 60%.

La directora de la OMS, Carissa Etienne, dijo que el informe “demuestra que si no actuamos, nos dirigiremos hacia una era en la que los antibióticos que hemos utilizado durante décadas para tratar y curar infecciones comunes dejarán de funcionar”.

El estudio analiza 7 de las bacterias más frecuentes, como la Escherichia coli (causante de neumonías e infecciones intestinales), en 114 países del mundo.

¿Por qué fallan?

En los países de América (incluido Ecuador) “a menudo los antibióticos se usan en exceso y se venden de forma inapropiada”, según Ramón Pardo.

El uso irresponsable es precisamente una de las causas para que las cepas desarrollen resistencia.

La falta de sistemas de información, vigilancia y coordinación apropiados en los hospitales públicos, las carencias en métodos diagnósticos adecuados y las malas prácticas preventivas o de higiene también contribuyen.  

El informe recomienda tomar antibióticos solamente cuando los receta un médico, que los pacientes completen el tratamiento prescrito aunque ya se sientan mejor y no den a otras personas sus antibióticos ni empleen los que han sobrado de recetas anteriores.