La propuesta estudiantil obtuvo el primer lugar del concurso de la empresa brasileña odebrecht
Las lonas publicitarias representan el 25% del total de basura en Guayaquil
¿Alguna vez se ha preguntado qué pasa con las lonas de las vallas publicitarias, luego de que son retiradas? Ivanna Terán y Hellen Arichábala, estudiantes de la carrera de Ingeniería en Gestión Ambiental de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), investigaron que este material es desechado, al igual que la basura, en el relleno sanitario común.
En general, el 25% de los desechos en el basurero de Guayaquil corresponde a lonas publicitarias. Terán explica que la lona es un material imperceptible a la sociedad, puesto que no se lo reconoce como un residuo plástico y con un tiempo de degradación que inicia a los 25 años y que tarda cientos de años en descomponerse. Al ser un derivado del petróleo es altamente contaminante.
Su compañera, Arichábala, coincide en que la atención de las personas en cuanto al reciclaje y gestión de los desechos está más concentrada en el cartón, plástico, vidrio, incluso latas.
Ellas constataron esto al iniciar una investigación para conocer cuál es el impacto ambiental de las lonas una vez que son llevadas al relleno sanitario o botadero de basura, y así plantear una propuesta que redireccione su disposición final.
El proyecto realizado por las jóvenes, que compitió con otros 97 de investigación de más de 20 universidades del país, obtuvo el primer lugar del Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible en su edición Ecuador. El docente tutor, Juan Carlos Erazo, manifiesta que en 2 meses el equipo de trabajo concretó la ‘Propuesta de Gestión Sostenible de los residuos plásticos producidos por la industria gráfica y publicitaria en Guayaquil’.
La iniciativa recomienda la creación de un centro de acopio y que desde ahí se generen alternativas de microempresas a personas que quieran trabajar con este tipo de material reciclado, luego de una capacitación para que se aprenda a elaborar artículos como carpas, marquesinas, carteras, billeteras, entre otros.
En este sentido, el Municipio de Guayaquil también juega un rol importante. El proyecto plantea además que en la ordenanza sobre la disposición final de los desechos sólidos, vigente en la ciudad desde 2006, sea reajustada.
Entre las modificaciones se propone que “la lona una vez culminado su plazo de uso en la vía pública sea devuelta a la empresa contratista o a un centro de acopio”; también que “la entidad pública deberá realizar un monitoreo anual a las empresas contratistas para verificar su cumplimiento, y multará de ser el caso a quienes incumplen con la disposición, ya sea por destinarla a un uso no oficial o desecharlas en sitios no autorizados”. Finalmente sugiere que “las empresas deben proporcionar un registro de entrega-recepción al centro de acopio, donde conste la fecha de remisión, cantidad de lonas, sector de retorno, observaciones, firma y acotación o nota final”.
“La idea es que el proyecto sea una semilla, que municipios y autoridades que quieran considerarla -no solamente para el tema de lona sino para cualquier otro tipo de desecho, que no sea gestionado- tenga una normativa específica en el país”, explica Erazo.
Añade que en primera instancia la propuesta se enfoca al Cabildo por ser la autoridad que regula los desechos.De allí que se espera que surjan ciertas cláusulas para que tanto la persona que usa la lona o quien hace la impresión sea responsable del manejo.
Ivanna Terán expresa que la propuesta invita a realizar un estudio de factibilidad sobre la producción a nivel local de tintas ecológicas, debido a que a diferencia de las convencionales no emanan ningún tipo de químico a la atmósfera y no son perjudiciales para la salud.
De acuerdo al estudio realizado por las universitarias, las lonas son elaboradas de PVC y la resistencia a este material se obtiene luego de la colocación de una resina, en la etapa de verificación del producto. Esto permite que sea 100% impermeable y sea resistente a la luz.
René Rodríguez, director de la Escuela de Ciencias Ambientales de la UESS, advierte que “el relleno sanitario ocupa más espacio horizontal y la idea es reducir la acumulación de basura, teniendo como consideración que se puede realizar una gestión de esos desechos de lona”.
Para Arichábala, el proyecto plantea una solución económicamente viable, en el campo social y ambiental para darle un giro a la realidad local del tratamiento de residuos publicitarios.
DATOS
En las investigaciones realizadas por las estudiantes determinaron que el tamaño estándar de una valla publicitaria es de 10x4 y de 10x8.
El número de vallas consignadas en los espacios es de 5.000 cada 3 meses y de 20.000 al año. Estas cifras son estimaciones de las lonas impresas a menor escala (banners, afiches, roll up, etc.).
En la inspección de campo, las estudiantes verificaron que en sitios cercanos a la ciudad el desecho de las lonas se complica, porque están manchadas y esto, consecuentemente, contamina el resto de basura.
Desde 2008 Odebrecht realiza el concurso de sostenibilidad social en 10 países.