América latina es la región del mundo donde más operaciones de este tipo se realizaron en 2012
Las cesáreas, un procedimiento ‘solicitado’ en clínicas privadas
Mayra Jácome tiene 27 años y espera con ansiedad el nacimiento de su primera hija. Está en la semana 37 y como la gran mayoría de mujeres en el país quiere que su pequeña venga al mundo a través de un parto normal, porque sabe los beneficios que este procedimiento trae para ella y la bebé.
“Sé que los dolores de parto en muchos casos son intensos pero te dura ese momento y al día siguiente todo normal, pero en la cesárea la recuperación es larga”, expresa Mayra, quien lleva hasta el momento un embarazo sin complicaciones y en su próximo chequeo su ginecóloga analizará el tamaño de su pelvis para constatar que tenga un parto normal.
Además de la imposibilidad de cuidar al bebé por el dolor de la cesárea, esta cirugía tiene consecuencias propias de una etapa postoperatoria como hemorragias, infecciones en la herida, trombosis, embolias o formaciones de adherencias en la zona de la cicatriz. A esto se le añade un posible impedimento de quedar embarazada e incluso la esterilidad. En la búsqueda de evitar estos episodios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que la cesárea sea el último recurso y que el nivel de la práctica se ubique entre el 10% y el 15%.
Según datos de la Unicef, América Latina se sitúa como la región en la que más cesáreas se realizaron en 2012, con el 38%. El país que encabeza la clasificación mundial es Brasil, con el 52%. En Ecuador el país trabaja en mantener los niveles aconsejados por la OMS (10-15%) e incluso reducirlos.
“Es un procedimiento quirúrgico que solo se lo debe realizar en situaciones específicas”, explica Verónica Vaca, gerente institucional de la estrategia para la reducción de la muerte materna por cesárea en Ecuador.
Una pelvis estrecha y una mala posición del bebé son motivos médicos para forzar el nacimiento a través de la cesárea, pero estos 2 factores se valoran en las últimas semanas del embarazo ya que durante el proceso el cuerpo de la mujer se acopla al nuevo estado.
“Si el bebé a la semana 35 no está bien posicionado, no se va a modificar ese estado hasta el momento del nacimiento, por lo que en ese caso es necesario que la madre sepa que su embarazo terminará en cesárea”, dice la ginecóloga Diana Cañizares.
Una mujer que ya tuvo una cesárea es candidata a repetir la cirugía, sobre todo si el período que pasó no es mayor a los 2 años por la cicatriz existente en el útero; y en caso de tener más de una cirugía, no hay opción de que se someta a un parto normal.
Variables para la operación
“La cesárea es recomendada a madres de talla corta, con bebés de peso alto, o que estén en mala posición, o cuando se tenga una labor de parto por más de 12 horas; es decir, se lo hace para frenar las complicaciones obstétricas”, indica Vaca, quien rechaza la cirugía a elección por pedido de la paciente o comodidad del médico.
Cañizares considera que si bien en la actualidad prevalece el número de partos normales, sí hay un índice importante de cesáreas sobre todo a nivel privado, donde cuesta entre $ 3.000 a $ 4.000.
“Lo que ocurre es que hoy los médicos sienten cierto temor por las complicaciones que pueda presentarse en un parto y por eso deciden planificar la cesárea con la paciente”, reitera Cañizares.
Esto lo reconoce Danilo Salazar, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Metropolitano de Quito. “Hoy existen muchos más exámenes que revelan las condiciones del bebé y cuando existen alteraciones del bienestar fetal el médico no quiere correrse el riesgo de complicaciones y por eso de común acuerdo con la paciente se piensa en la cesárea para evitar el sufrimiento, sobre todo, del niño”.
Salazar cuenta además que uno de los motivos que lleva a las mujeres a solicitar esta intervención es la episiotomía (corte que se realiza durante el parto vaginal en el perineo, la zona de piel entre la vagina y el ano).
¿En qué momento la cesárea se convirtió en norma? Según Ana Cristina Duarte, experta brasileña entrevistada por la BBC de Londres, la ‘industria de las cesáreas’ inició hace 40 años. Luego dice Duarte se convirtió en una epidemia en los años 70 y hoy es una industria lucrativa a nivel privado. Duarte aboga por un parto humanizado, siempre que las condiciones lo permitan, en el que la mujer pueda abrazar y amamantar a su hijo después de tenerlo.
Cuando la madre tiene a su bebé por parto normal, puede alimentarlo de forma inmediata.