LA OPERACIÓN -SEGÚN ESPECIALISTAs- debe hacerse SOLO CUANDO HAY RIESGOS
Ecuador sobrepasa límite de cesáreas recomendado
Vanessa Lozano conoció, a las 39 semanas de embarazo, que su bebé tenía el cordón umbilical enredado en su cuerpo y que además estaba perdiendo líquido amniótico. La recomendación del médico fue que le practicaran un parto por cesárea para salvar la vida del niño.
Lozano recuerda que deseaba tener un alumbramiento normal porque no tuvo problemas durante su período de gestación; pero ante el percance cambió de parecer.
La cesárea, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es necesaria cuando el parto vaginal entrañe un riesgo para la madre o el bebé: trabajo de parto prolongado, sufrimiento fetal o porque el niño por nacer está en posición anormal.
Precisamente, la semana pasada, en Ecuador, se aprobó, para el primer debate en la Asamblea Nacional, la Ley Orgánica para la Atención Humanizada del Embarazo, Parto y Postparto.Esta iniciativa establece que estos procedimientos se practiquen “excepcionalmente, solo cuando existan indicaciones médicas indispensables e ineludibles”.
La legisladora Blanca Argüello, de la Comisión del Derecho Permanente a la Salud, explica que en el país se ha mercantilizado este tipo de intervenciones quirúrgicas.
Las cifras del Ministerio de Salud Pública (MSP) revelan que los registros de nacimientos mediante esta vía representan el 50,62% y se realizan mayoritariamente en los hospitales y clínicas privadas. Esto equivale al 79,71 % del total (año 2014).
El menor porcentaje de nacimientos por este tipo de alumbramientos se concentra en los establecimientos del MSP: 35,09 %.
El los centros particulares un parto con este método puede llegar a costar $ 700, $1.200 y hasta $ 3.000. La variación depende de los honorarios médicos, tiempo de hospitalización e insumos utilizados.
Por ello, la asambleísta considera que se ha comercializado un acto natural. “No debemos llevar todos los casos a una cesárea, salvo el caso cuando se la establezca por indicaciones médicas, para así precautelar la vida de la mujer y del niño”.
Mayor riesgo para madre y niños
En 2015 la OMS se pronunció respecto al aumento de estas intervenciones, especialmente, en los países de ingresos medios y altos.
Desde 1985, la comunidad internacional ha considerado que la “tasa ideal” para este alumbramiento abdominal debe oscilar entre 10% y 15%.
Los estudios del organismo indicaron que cuando la tasa se acerca al 10% del nivel de la población, disminuye el número de defunciones maternas y de los recién nacidos. Pero cuando la frecuencia va por encima del 10%, no hay indicios de que disminuyan las tasas de pérdida de vidas.
A nivel mundial -de acuerdo con la OMS- la tasa de cesárea supera los niveles ideales. En América, según los últimos datos de 25 países, el promedio es del 38,9%. Esta cifra podría ser mayor ya que no se tienen en cuenta las operaciones del sector privado.
La propuesta ecuatoriana señala que los médicos que se vean obligados a hacerla elaboren y entreguen un informe que la justifique. Este documento será remitido a la Autoridad Sanitaria Nacional por el establecimiento de salud en el que se haya ejecutado la operación.
Además se desarrollará un registro nacional de partos por cesárea, con el objetivo de controlar el número de procedimientos clínicos de este tipo y la necesidad de hacerlo.
Norma vigente
La directora técnica del hospital Especializado Mariana de Jesús, Katiusca Hernández, recuerda que la exministra de Salud, Carina Vance, emitió el Acuerdo Ministerial 5283 en agosto de 2015, para la racionalización estas prácticas quirúrgicas en los establecimientos del Sistema Nacional de Salud.
El artículo 5 de esta norma vigente señala que en caso de que el profesional, luego de evaluar a la gestante, decida que la terminación del embarazo debe realizarse por cesárea, “justificará la razón de esta decisión, la cual deberá describir en la historia clínica de la paciente”.
En dicho historial constarán los factores o diagnósticos de la decisión que se tomó y se señalará cuál de ellos es el más importante. Además debe consignar si se trató de un procedimiento de urgencia o programado. El galeno informará al anestesiólogo y al neonatólogo/pediatra los diagnósticos que motivan la operación cesárea. Y detallará a la paciente los riesgos y beneficios del procedimiento.
Finalmente, la parturienta firmará un documento de consentimiento informado.
Hernández informa que existen indicaciones absolutas y no absolutas: la primera ocurre cuando está en riesgo de morbilidad o mortalidad el binomio madre-hijo (cuando se da el caso de que el feto está colocado en una situación transversa, embarazos múltiples o desprendimiento placentario); y en la segunda debe analizarse el caso (preeclampsia, eclampsia, diabetes gestacional descompensada, malformación fetal y falta de progreso en el trabajo de parto durante su fase activa).
Un mito
Juana Martínez está embarazada por tercera vez y espera, que al igual que ocurrió con sus otros dos hijos, sean partos normales. ¿Por qué? Ella no ha tenido complicaciones. Su recuperación ha sido rápida.
Sin embargo, la ginecóloga Sonia Díaz expresa que algunas mujeres temen a la alternativa natural. “Temen que ocurra algo al bebé y se produzcan presiones excesivas. Pero les explicamos que les ayudamos con la inducción del parto”.
Díaz asegura que todo es debido al desconocimiento de las pacientes. La especialista cuenta que a partir de la semana 38 se evalúa la pelvis y el riesgo-beneficio de un parto normal o cesárea.
Díaz dice que el dar a luz vía vaginal genera un apego rápido, hay mayor producción de leche y menor hemorragia, recuperación rápida y el costo es menor.
Diana Maldonado se autodefine como feminista y considera que en nuestro entorno se han realizado más cesáreas por comodidad que por otra razón, aunque señala que aun en esos casos es decisión de la mujer y no del Estado.
Dice que para informar sobre qué es un parto normal se requieren charlas en los centros de salud, repartir dípticos, folletos informativos e impulsar campañas.
Johanna Izurieta, de la Fundación de Mujeres Yerbabuena, señala que la preocupación de la normativa en discusión surge por no confiar en la agilidad y operatividad del actual aparato institucional de salud.
En cambio, la asambleísta Argüello argumenta que la vigente ley establece datos explícitos y actualizados de las ventajas y desventajas de una cesárea. Pero si la mujer tiene la información suficiente y necesaria -añade- “seguramente la mayoría considerará un parto normal y no va a programar la cesárea como un menú”.
Añade que con la norma se implementarán en los hospitales instrumentos para que ellas conozcan los tipos de partos a los que pueden acceder, en los que se incluye el de tipo intercultural, sea horizontal, vertical o en cuclillas. “Como se sienta cómoda la mujer de acuerdo con su cultura”.
Luego del retorno del receso legislativo, a partir del 5 de septiembre, se efectuará el primer debate de la ley en el pleno. Se esperan recoger distintas visiones y observaciones de los asambleístas para trabajar en el informe del segundo debate. (I)