Mateo, de 11 años, y Nicolás, de 9, prenden la televisión, el jueves a las 15:00, para ver su serie animada favorita en la sala de su casa.

El dispositivo está enlazado al sistema de internet porque los canales locales no satisfacen su demanda de entretenimiento. Para Mateo, la programación nacional es aburrida y no tiene nada nuevo.

“Repiten una y otra vez las series y los programas. Además las novelas no me gustan”. Precisamente, ese grupo etario es el que permanece en el hogar durante las tardes.  

En cambio, Nicole Toapanta, de 10 años, prefiere la televisión pagada, pero le molesta que pasen muchos comerciales.

El Consejo de Regulación, Desarrollo de la Información y Comunicación (Cordicom), desde 2014, determinó que la franja de protección reforzada (FPR) es el horario de 15:00 a 18:00, de lunes a viernes.  

El espacio es apto para todo tipo de público, incluido el infantil menor de 12 años.

El sicólogo Jean Piaget, en su obra El nacimiento de la inteligencia en el niño, explica que en los primeros años de vida se edifica el conocimiento a través de la lectura, la exploración, observación y juego.

En el establecimiento de la FPR se observaron dichos conceptos. Pero no han sido suficientes para que la programación nacional entretenga, eduque y forme.

Según el primer estudio desarrollado por el Laboratorio de Comunicación y Derechos Humanos -establecido el año anterior para vigilar el cumplimiento de las disposiciones de la Cordicom- la programación en la FPR no cumple a cabalidad con lo dispuesto en el reglamento de Ley de Comunicación.

El análisis revela que en ciertos programas de la televisión ecuatoriana se incluyen aspectos de contenido discriminatorio, violento, sexual, sexista y racista. Además, en la mayoría del tiempo de la FPR se exhiben telenovelas, dibujos animados y programas de farándula con contenido nocivo para la formación infantil.

Para la sicóloga educativa Elizabeth Montenegro, los programas de farándula transmiten una ‘curiosidad inadecuada’, porque se incita a inmiscuirse en la vida de las personas y, hasta dañar la honra. “Los pequeños pueden creer que es normal y que los sentimientos de los otros no importan. Así comienzan a perder valores: sensibilidad y respeto al dolor ajeno”.

La especialista recalca que series mexicanas: la ‘Rosa de Guadalupe’ o ‘Como dice el dicho’ crean en las personas una cultura de aceptación normal de situaciones inadecuadas como es el caso del maltrato. “En esos programas se observa que la violencia en los hogares es habitual; y la vulneración de los derechos de los niños es normal. Hasta que llega el ‘salvador’ que en la vida real no siempre aparece”.

Por ello cree que debe brindarse al público en general alternativas que no dependan de la televisión, aunque este artefacto está presente en 9 de cada 10 hogares, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

“La música y los juegos son opciones que ocupan el tiempo de ocio (de manera constructiva). Se podría observar con ellos algunas series, pero enfatizando que esas situaciones no se pueden permitir”.

Precisamente es la música la única alternativa vespertina que tienen Ariel y Leandro, de 12 y 10 años; ya que sus padres dejan resguardados en la habitación la televisión y la computadora hasta que retornan de sus labores cotidianas. Mario Cabrera, papá de los niños, expresa: “En ese horario no hay nada bueno para los chicos”.

Según el Instituto Federal de las Telecomunicaciones de México, lo virtual permite a niños y jóvenes explorar el mundo y se convierte en su herramienta. “Para ellos, la televisión es la pantalla principal (...), porque les permite con mayor facilidad estar al tanto de tendencias de su mundo; y al ocupar un lugar familiar cobra un carácter comunitario entre la audiencia infantil”.

Por su parte, el sociólogo Hernán Reyes asegura que hay falta de cuidado de los canales para realizar su programación, ya que existen espacios que no aportan nada positivo. “Muchos contienen violencia y discriminación”.

El sociólogo recalca que no es el objetivo convertir a la TV en una segunda escuela. “No creo que se pueda dar eso aquí ni en ningún lado; pero los contenidos de entretenimiento deberían cumplir parámetros de calidad en todo sentido, que no agredan, no malinformen ni difundan antivalores”.

Además, hizo un llamado de atención a las autoridades para que creen nuevos programas. “Que el único espacio de formación no sea EducaTV”. (I)