Los locales dedicados a la venta de fritada y otro tipo de comidas durante el día contrastan con el panorama nocturno de Pascuales, donde abundan los bares y discotecas. Para la mayoría de los moradores de la cuarta parroquia más grande de Guayaquil, con más de 74.000 habitantes, tener cerca estos sitios de distracción no ha representado inconvenientes, excepto aquellas veces que se originan peleas en la calle a causa de provocaciones de personas ebrias. Su principal preocupación es la venta y el consumo de drogas.

Así lo cree Washington Garay, quien habita más de 18 años en Pascuales. “Aquí lo que más hay es drogas y muertes”, afirma luego de recordar que el pasado 27 de julio una menor, de 11 años, fue herida de bala durante un enfrentamiento en el sector.

Según otro habitante, que prefirió mantener el anonimato, una de las cooperativas más conflictivas es ‘Pie de Lucha’, donde es común escuchar balaceras a partir de las 19:00. “Eso es cuando te quedan mal por el tema de las drogas o hacen ajustes de cuentas entre bandas”, revela.

Los exteriores de los colegios tampoco se han escapado del microtráfico y el consumo de drogas, según la moradora Jéssica Guzmán.

Ella menciona que en las tardes, luego de la escuela, los chicos buscan rincones para fumar o consumir la droga conocida como H.

El problema de abuso de drogas en los jóvenes no es exclusividad de Pascuales. En Guayaquil (cantón al que pertenece Pascuales) 2 de cada 100 estudiantes admitieron al Consejo Nacional de Control de Sustancias, Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep) fumar marihuana de forma frecuente. El promedio de edad del primer contacto con esta droga es 14,15 años en Guayaquil y 15,56 años en Quito. Además de la marihuana, el Consep revela cifras del uso de inhalantes y heroína. (Ver infografía).

La preocupación nacional es tal que el Gobierno anunció la conformación de una secretaría técnica, con 6 ministerios, que trabajará para combatir el consumo y tráfico de drogas en el país.

La secretaría será dirigida por el Presidente de la República y trabajará con los delegados de las carteras de Educación, Salud, Inclusión Económica y Social, Justicia, Interior, y el Buen Vivir. Antes el control del abuso de drogas estaba a cargo del Consep y el titular era el procurador del Estado. Aún el Gobierno no ha explicado cómo la secretaría se unirá a las actuales estrategias. Una de estas es la vigilancia del microtráfico en las afueras de los colegios.

Trabajo comunitario

Pascuales, pertenece al Distrito del mismo nombre, que incluye los sectores San Francisco, Puente Lucía, Montebello, Bastión Sur, Bastión Norte, Las Orquídeas y Montebello, cada uno es denominado circuito.

Silvia Villamar, gestora de seguridad del Distrito, señala que en la zona se organizan asambleas comunitarias para los ciudadanos.

Junto a la Policía Nacional, 50 moradores participan de una charla en la que se difunde el Plan Cantonal de Seguridad.

Villamar indica que a los colegios también llega el trabajo, con la finalidad de que los padres formen un comité para que estén pendientes de sus hijos. Reconoce que “en Pascuales y en todos los sectores está arraigándose el narcotráfico y el microtráfico”, por lo que el Ministerio del Interior realiza su trabajo investigativo al respecto.

En la cooperativa Assad Bucaram uno de los moradores teme por su integridad, luego de ser amenazado por personas que presuntamente se dedican al negocio del microtráfico. La situación se repite en otros barrios.

Édgar Logroño, jefe de operaciones del Distrito Pascuales, sostiene que en estos casos la mejor opción es la denuncia.

Ante una emergencia, los vecinos pueden llamar al 1800-Delito o al 1-800-Droga.

Juan Elías murió para no “seguir aguantando más”

El deceso de Juan Elías, de 13 años, causó conmoción la semana pasada. La noche anterior de su muerte se despidió de su mamá, con un abrazo, y le dijo que había pedido a Dios que se lo lleve porque no quería “seguir aguantando más” el dolor.

Meses atrás, el adolescente había confesado a su familia que consumía drogas, luego de que un hombre que acudía afuera de su escuela le regalara en forma de caramelos y posteriormente le cobrara 25 centavos por cada entrega.

La madre del menor afirmó que aunque no tenía dinero suficiente para internar a su hijo en una clínica de rehabilitación, por un período corto tomó medicinas para aliviar el síndrome de abstinencia.

Este le producía dolor en las articulaciones, de cabeza, estomacales, vómitos y diarreas. La progenitora sospecha, además, que en ese lapso inhalaba a escondidas la droga denominada ‘H’, lo cual habría agravado su malestar físico.

El sicólogo clínico Rafael Morán explicó que el síndrome de abstinencia debe ser tratado con un cuerpo multidisciplinario, en donde intervenga un médico especialista, un sicólogo y un siquiatra.

Enfatizó que la ausencia de droga en el organismo, al igual que la falta de alcohol, puede causar la muerte de quien la consume si no se trata al paciente adecuadamente.

Morán sostuvo que los casos más graves están vinculados a la heroína, de donde procede la droga ‘H’ porque es un alcaloide depresor del sistema nervioso central. Añadió que el deceso ocurre cuando hay una gran deshidratación que no es tratada a tiempo, por lo que apenas se detecta el síndrome se debe internar al menor de forma inmediata.