El ministro del Ambiente, Daniel Ortega, tiene un desafío en 2016: La descontaminación del estero Salado en Guayaquil. En una reciente visita a las calles 40 y Portete, el titular del MAE conversó con los moradores del sector, recogió sus propuestas para tener limpios estos espejos de agua y también inquietudes por el temor de ser reubicados debido a que sus casas están cerca del estero. El trabajo en conjunto con la comunidad es una de las estrategias para lograr su meta.

¿Cómo hará el MAE para llegar a la comunidad?

Se va a lanzar una campaña de concienciación ‘El estero soy yo’, que se promoverá en las escuelas, con énfasis en los niños, para que ellos les enseñen a sus familiares la importancia del cuidado del  estero. Además se trabajará con la comunidad para que respete los horarios de recolección y pueda depositar la basura. Esperamos invitar a la mesa a la Alcaldía de Guayaquil para que el sistema de recolección de desechos, tanto en tierra como en el agua, sea efectivo.

¿Qué factores han hecho que  después de 6 años de trabajo en los esteros siga la contaminación?

El principal problema estructural de la contaminación son las descargas, y estas pasan por la comunidad y las empresas; pero además por una obligación de la autoridad local para darles tratamiento, recolectarlas y procesarlas. Hay que ser francos, porque no todos están haciendo su parte. La concesionaria (Interagua) que es responsable del alcantarillado no está cumpliendo. El alcalde Nebot prometió que para 2016 habría 100% de alcantarillado y lastimosamente la ciudad no lo tiene. Han hecho grandes avances en agua potable y ojalá continúen, pero todavía hay canales, ductos-cajón que están arrojando al estero aguas y no solo son de lluvia sino también coliformes fecales que vienen de las descargas residenciales.

¿Qué han podido comprobar con las inspecciones efectuadas en los esteros?

En el estero Las Ranas hemos encontrado que el nivel del coliforme fecal, medido por cada 100 mililitros, está 800 veces más alto que lo que establece la norma, que es 200. Eso nos comprueba que la descarga es directa.  El nivel promedio de contaminación, si uno contabilizara todo el estero, es 80 veces más alto de la norma.  Allí no hay ningún tratamiento, ni recolección de basura en los alrededores de las casas.

¿Cuál será la presión que ejerza el MAE a los actores?

No se va a tolerar que alguien pueda abusar del estero Salado, que es un espacio público; cuando tengamos que sancionar lo vamos a hacer. Además vamos a desencadenar todos los procesos administrativos que esto involucre. Tiene que explicarse por qué después de 6 años de haber trabajo en el estero, de todo lo que hemos invertido en parques lineales, reasentamientos y trabajos de infraestructura, la contraparte (administración de Nebot) no ha avanzado al mismo nivel. Nosotros  tenemos un compromiso. En marzo del próximo año (2017) nos queremos bañar el presidente, quien le habla y este equipo.

¿Cómo lograrlo frente a los retrasos en el proyecto ecológico?

Confiamos que este año, así como el anterior, la participación de los jóvenes vuelva a ser alta. Esperamos que se sumen 100 mil jóvenes y 300 mil habitantes de Guayaquil que viven alrededor de los esteros, porque el mejoramiento de la calidad del agua y de las áreas verdes pasa por un sistema de apropiación de la comunidad.
Ellos son los verdaderos guardaparques y custodios del agua.

Si mejoramos el estero Salado, podemos cambiar toda la ciudad; si somos capaces de tener una agenda ambiental, tendremos una ciudad distinta. Tal vez pertenezco a una generación a la que se le arrebató la posibilidad de vivir en un Guayaquil verde, por lo que es ahora el momento, si aportamos con ese compromiso. La comunidad está lista, el Gobierno, la empresa privada han hecho lo suyo, el actor que falta tiene que hacerse presente.

¿Usted anunció en el recorrido que la comunidad recibirá un kit para controlar la calidad del agua?

Así es. Nosotros esperamos con los kits apostarle a la capacitación de estas 300 mil personas. Se prevé que se repartan 30 mil kits, una herramienta de apropiación que permitirá el monitoreo de la calidad del agua. Estos kits van a tener material informativo para distinguir, conocer a qué se debe el color y el olor de los esteros. Tendremos un número al que los ciudadanos podrán reportar descargas que realicen las empresas. (I)