En el contexto de las familias que buscan construir un sentido de religiosidad en un hijo, surge la interrogante sobre lo apropiado o inapropiado del hecho de influenciar sobre su opción. Más allá de ello, la Organización de las Naciones Unidas ha expresado algunas inquietudes sobre si es pertinente o no involucrar a los hijos menores de edad en la elección de un credo. 

En el primer caso, la psicóloga Gladys Véliz, directora del Departamento de Consejería Estudiantil de la Unidad Educativa Delfos, parte de la definición de religión que la concibe como un conjunto de creencias, de normas de comportamiento y ceremonias. Por ende, la académica expresa que el concepto implica alguna relación con alguna divinidad.

Véliz plantea algunas recomendaciones sobre la orientación de nuestros hijos en este tema:

1.- Que cualquier elección en cuanto a religión se debe tener claro que “Dios no es religión”.

2.- Ambos padres deben estar alineados para establecer el modelo de crianza para que este sea efectivo y estable en sus hijos. Al demostrar cosmovisiones diferentes muestran conflicto entre padres y pone en juego los patrones de crianza. Por ello, los padres deben partir del respeto hacia las creencias del uno al otro.

3.- El niño debe comprender que toda religión parte de la creencia en un Ser Supremo y le conlleva a un estado de espiritualidad basada en los principales valores como: el amor, la caridad, la honestidad, la solidaridad, la reconciliación y el perdón. De esta manera, como primeros formadores (hogar) harán de sus hijos buenas personas.

4.- Los padres pueden compartir sus experiencias junto a sus hijos con coherencia y respeto, sin hacerlos sentir obligados. Esto se debe dar para que ellos (hijos) exploren sus visiones y costumbres. De esta manera, podrán con autonomía decidir sus creencias o convicciones.

5.- Véliz cita el afamado fragmento bíblico de Mateo 19: 14, el cual dice: "Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos". Al tener claro este pasaje de la biblia se orienta a los padres que es así cuando venimos a Cristo, a nosotros mismos, y llevar a sus hijos. Los niños pequeños se pueden traer a Cristo como necesidad y recibir bendiciones de Él y que tiene un interés en su intercesión. Todo el que cree y sigue a Dios es un cristiano que debe llevar a sus hijos al Salvador para que los bendiga con bendiciones espirituales. (I)