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El Telégrafo
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Entrevista / Mickey Charouneau / experto del grupo de presión Dignity in Dying

“Gran Bretaña está lista para el suicidio asistido”

Foto: Cortesía.
Foto: Cortesía.
21 de noviembre de 2014 - 00:00 - Leonardo Boix, corresponsal en Londres

Al menos 300 personas al año en Gran Bretaña se quitan la vida porque sufren alguna enfermedad terminal, en tanto un británico cada 2 semanas se ve obligado a viajar a Suiza, donde es legal el suicidio asistido. 

Ayudar a otra persona a suicidarse conlleva en el Reino Unido una pena en prisión de hasta 14 años, pero podría cambiar totalmente si aprueba el Parlamento una legislación que legaliza esta práctica.

Mickey Charouneau, del principal grupo que hace campaña en el país por la legalización del suicidio asistido, Dignity in Dying (Dignidad en morir), habló con ELTELÉGRAFO acerca de un tema espinoso que divide a médicos, pero que   cada vez tiene más apoyo entre los británicos.

¿Cuál es la labor que realiza su organismo? ¿Por qué hacen campaña hace tantos años?

Nosotros somos un grupo que hace campaña por la legalización del suicidio asistido. Apoyamos el proyecto legislativo presentado por el lord Richard Faulkner, que es   debatido actualmente en la Cámara de los Lores y que busca legalizar el suicidio asistido solamente, no la eutanasia, que es completamente diferente.

¿Cuál es el estado actual de este proyecto de ley?

El proyecto vigente, que ha pasado por la Cámara de los Lores, fue aprobado en julio pasado en su segunda instancia y ahora entró en la tercera etapa del proceso, donde es evaluado en detalle por un comité de expertos (antes de ser enviado a la Cámara de los Comunes).

Para pasar esta instancia deben ser aprobadas las reformas y modificaciones sugeridas. Es probable que inicios del próximo año se vuelva a debatir  en un comité.

La Asociación Médica Británica (BMA) indicó recientemente que el suicidio asistido será legal en Gran Bretaña en los próximos 2 años tras una modificación a la ley que permitirá a los pacientes terminales ser ayudados a poner fin a sus vidas. ¿Qué piensa al respecto?

El que hizo esas declaraciones fue el doctor Kailash Chand, vicepresidente de la Asociación Médica Británica, entidad que hasta el momento se opone a la legalización del suicidio asistido. Hay muchos pedidos para que ese organismo le pregunte a sus afiliados (médicos y profesionales de la salud) qué piensan al respecto. La BMA se opone. Lo que Chand dijo hace referencia a que en el Reino Unido, la mayoría de la población apoya el suicidio asistido.

Estamos hablando de una proporción de entre el 70% y 80%. Lo que ocurrió al comienzo de este año es que la Corte Suprema le dio un ultimátum de advertencia al Parlamento.

El doctor Chand ha reconocido que este es un problema que no desaparecerá hasta que sea resuelto. En la actualidad, una persona cada 15 días viaja a la clínica Dignitas en Suiza (para quitarse la vida) y conocemos que más de 300 personas con enfermedades terminales en este país se suicidan cada año. Este es un problema que no desaparecerá, y por ello la Corte Suprema ha advertido al Parlamento que legisle al respecto. La opinión pública en este país coincide con que tenemos un problema que se debe resolver.

¿Qué piensa acerca de las preocupaciones de médicos y especialistas de la salud que se oponen al suicidio asistido?

La opinión de los médicos en Gran Bretaña está definitivamente dividida. La misma BMA indica que existe una gran diferencia entre lo que dicen los médicos en público (la mayoría opuesta al suicidio asistido) y lo que piensan en privado (mayor apoyo).

Lo que sabemos de los sondeos recientes es que la mayoría de los médicos preferiría tener la opción de decidir por sí mismos si una persona puede ser asistida en un suicidio o no dependiendo de la gravedad de su enfermedad.

¿Por qué cree que hay grupos e individuos que se oponen categóricamente a la legalización del suicidio asistido en el Reino Unido?

Los sondeos más recientes sobre este tema indican que aunque las religiones organizadas como la Iglesia católica y la Iglesia de Inglaterra se oponen al suicidio asistido, la mayoría de los creyentes lo apoya. De hecho, lord George Carey, exarzobispo de Canterbury, apoyó la ley en julio pasado.

Otro sondeo concluyó hace poco que la mayoría de las personas con discapacidades de algún tipo también apoya el suicidio asistido para aquellos con enfermedades terminales. Obviamente siempre habrá gente que se oponga, no solo del sector religioso, pero tenemos que ver la evidencia en concreto. Otra de las cuestiones que algunos presentan es que es peligroso o que no habría salvaguardas, que la ley llevaría a suicidios asistidos para aquellos que no padecen enfermedades terminales. La evidencia demuestra lo opuesto. Lord Faulkner a partir de 1997 trabaja en estos asuntos y desde entonces no se ha modificado la ley. Gracias a las experiencias de los estados norteamericanos Oregón, Vermont y Washington, donde es legal el suicidio asistido, podemos ver que la solución al problema es una ley que funcione. Es por ello que la mayoría en el país apoya el suicidio asistido.

Gran Bretaña irá a elecciones en mayo próximo y por ende el calendario parlamentario se ve muy acortado. ¿Cómo ve las perspectivas de la ley de suicidio asistido en el país y qué debería hacer el próximo gobierno?  

Se termina el tiempo para que el Parlamento apruebe la ley. Lo que ha mostrado ese borrador legislativo, presentado por lord Faulkner, es que el debate parlamentario cuenta con apoyo de la gente. Esta ley de suicidio asistido nunca antes había llegado tan lejos. Esta vez hay más apoyo y mociones por modificaciones constructivas, como la introducción de salvaguardas legales.

La Cámara de los Lores  demuestra que está dispuesta a lidiar con este asunto y escuchar la advertencia de la Corte Suprema.

¿Cuán importante va a ser para Gran Bretaña si el proyecto legislativo se convierte en ley?

Será increíblemente importante. La gente que está muriendo no tendrá que sufrir en silencio porque sus deseos no pueden ser cumplidos. No tendrán que tomar medidas drásticas a puertas cerradas y totalmente solos. En la actualidad si alguien asiste a otra persona a morir enfrenta una pena de hasta 14 años en prisión.

Si se aprueba la ley, los enfermos terminales podrán tener esa opción. Gran Bretaña está lista para aprobar la ley de suicidio asistido.

Datos

El 73% de británicos está a favor del suicidio asistido. Además, el 82% de británicos religiosos apoya esta práctica al igual que el 75% de los católicos.

El 84% de británicos considera que los médicos no deberían perder sus licencias si ayudan a un paciente a morir y el 30% de ciudadanos cree que varios enfermos terminales podrían ser presionados para suicidarse.

El suicidio asistido es legal solo en los países europeos  Bélgica, Luxemburgo, Holanda y Suiza, aunque es tolerado en casos excepcionales en Noruega, Dinamarca, Alemania, Austria y España.

El suicidio asistido es legal en los estados norteamericanos de Oregón, Vermont y Washington. En el Reino Unido la pena  por asistir en un suicidio es de 14 años.

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