Galápagos estudiará el impacto del turismo en anidación de tortugas
La Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG) informó que estudiará este año el impacto de la actividad turística en las playas del archipiélago ecuatoriano donde anida la tortuga verde (Chelonia mydas).
Recordó que dos equipos, integrados cada uno por un guardaparque y cuatro voluntarios, iniciaron a mediados de enero la instalación de los campamentos de monitoreo de los ejemplares marinos con miras a la temporada de anidación 2018.
Agregó en un comunicado que en el presente año realizará el estudio para determinar el impacto del turismo, con la finalidad de implementar las medidas de manejo acordes a la conservación de esta especie.
Según Danny Rueda, director de Ecosistemas de la DPNG, desde 2012 la entidad instala campamentos permanentes en las islas Isabela (Quinta playa) y Santa Cruz (Bachas), durante 22 días.
Luego son relevados por grupos similares que se encargan de monitorear la presencia de tortugas en la playa, el proceso de anidación, el conteo de nidos y huevos, así como la eclosión hasta mayo.
El guardaparque Eduardo Espinoza, responsable de monitoreo de ecosistemas marinos, explicó que la importancia de los sitios se debe a la restricción y acceso de cada uno.
Mientras Quinta Playa es un sitio restringido, Bachas tiene una dinámica de visita turística, que permite comparar la influencia antrópica en este proceso que se desarrolla anualmente, por eso este año se realizará el estudio de ese impacto, anotó.
“Galápagos es considerado el segundo sitio más importante del mundo por la anidación de esta especie, después de Michoacán (México)”, dijo Espinoza.
Añadió que “en una noche podemos tener hasta 30 tortugas (Chelonia mydas) anidando, eso es muy representativo si lo comparamos con Ecuador continental donde se puede ver una o dos tortugas en la noche”.
Los científicos consideran que las especies son ingenieras del ecosistema. Con sus movimientos moldean el entorno, abren espacios para que otras se desarrollen.
Las islas Galápagos están a 1.000 km de las costas continentales ecuatorianas y fueron declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en 1978. (I)