Especial Papa Francisco en Ecuador
Fieles esperaron hasta 4 horas por la bendición de Francisco
Las distancias no incidieron para que miles de católicos ecuatorianos se reunieran con el papa Francisco, quien en su paso por Ecuador nunca estuvo solo.
Desde la madrugada hasta altas horas de la noche los fieles aguardaban fuera de la Nunciatura Apostólica con la esperanza de recibir su bendición. Y así ocurrió. “Voy a bendecirles para que vayan a descansar y dejen dormir a los vecinos”, les dijo la noche del domingo, la primera en Ecuador.
Desde entonces, cordones humanos se armaron, en cuestión de minutos, por las avenidas que se desplazó para cumplir su agenda sin retrasos.
Tres y cuatro horas esperaron, apostados sobre las aceras, simplemente para verlo pasar por alguna de las calles del Centro Histórico y con la esperanza de que se detuviera a darles su bendición.
Otros miles se aglomeraron tras los cercos que bordearon los encuentros privados -aunque siempre televisados y transmitidos por pantallas gigantes- que mantuvo con los estudiantes, la sociedad civil y las comunidades religiosas.
La noche del martes, pese a que horas antes se celebró una multitudinaria misa campal en el Parque Bicentenario, 6.000 creyentes lo esperaron en la Plaza de San Francisco. Con cánticos y portando imágenes de Francisco y de la Virgen María abrigaron el espíritu, escasamente cubierto por abrigos y paraguas.
En la fachada de las casas aledañas se colocaron gigantografías de santos como Marianita de Jesús y el Hermano Miguel, íconos en la capital. Mientras que desde los balcones y los techos unos cuantos acompañaron cantando.
Y cuando Francisco salió del templo para dirigirse a la Iglesia de la Compañía, en donde se reunió con la comunidad jesuita ante la imagen de la Virgen Dolorosa, del colegio San Gabriel, los creyentes al unísono le pidieron su bendición.
Desde el 1 de julio hasta ayer arribaron a Ecuador 664 vehículos particulares por las fronteras terrestres con Perú y Colombia, informó el Senae. Las autoridades indican que esto coincide con la cantidad de fieles extranjeros que llegaron al encuentro con el Papa. (I)