El Estado implementa esfuerzos para erradicar trabajo infantil
A 2020, el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES9 atiende a 11.530 niñas, niños y adolescentes que trabajan, con un presupuesto de $ 8.471.622,07.
En el país esta situación tiene que ver con aspectos socio-económicos y culturales de las familias en situaciones de riesgo o vulnerabilidad, cuyas necesidades básicas no son satisfechas. Esto afecta directa o indirectamente en sus capacidades para la subsistencia familiarl, según una valoración de la cartera de Estado.
Por otra parte, según el MIES, esta práctica está relacionada con la oferta laboral vista por las familias y los empleadores como una oportunidad, sin tomar en cuenta que el trabajo infantil es una vulneración de derechos que coarta el desarrollo integral de este colectivo vulnerable.
En Ecuador, según la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (2019), existen 310.373 niñas, niños y adolescentes entre los cinco y los 14 años de edad que trabajan; es decir, el 8,3% del total.
De ese grupo, 225.846 son hombres y 133.751 son mujeres; mientras que por sectores, en el área rural 293.882 niñas, niños y adolescentes de estas edades trabajan (21,8%) y el en área urbana 16.492 (0,7%), precisó el MIES a este Diario.
Aquí están prohibidas todas las actividades económicas realizadas por debajo de una edad mínima de trabajo, “dado que son intrínsecamente nocivas y socialmente inaceptables para los menores de edad”, señala la cartera.
Entre las peores formas de utilización infantil está la trata de niños con fines de explotación sexual y laboral; también hay casos de trabajos forzosos, prostitución, el reclutamiento militar y su uso como mendigos, además de la participación en actividades ilícitas como la producción y el tráfico de estupefacientes. Los niños de la calle, fugitivos o que viven pobremente, son también utilizados en la mendicidad organizada. A veces se los desfigura intencionalmente para atraer más dinero del público, o se los castiga si norecaudan lo suficiente.
El MIES, con sus equipos técnicos (psicólogo, trabajador social y promotor de protección especial), acompaña y sensibiliza a las familias sobre la importancia del ingreso, asistencia y permanencia en las escuelas, así como la realización de actividades propias de la infancia, para su desarrollo integral.
También se entrega el bono de desarrollo humano, que en 2019 pudo llegar a 285.095 menores y adolescentes de 111.527 familias que además reciben Desarrollo Humano Variable. (I)
Rutinas desde Casa, una opción de ayuda a la familia
Las rutinas y actividades familiares conjuntas sobre la necesidad de ejercer el rol de protección y cuidado a las hijas e hijos se realizaron con 8.425 familias. Ello permite dar acompañamiento oportuno en el área educativa para la no deserción escolar de niñas, niños y adolescentes y se trabaja mediante
terapias individuales y familiares con el propósito de disminuir la ansiedad y situaciones de violencia.
Además, se entregó el Bono de Protección Familiar, con el fin de procurar un piso de protección social a las familias que viven
del día a día y que durante esta emergencia sanitaria no pudieron salir a realizar sus actividades laborales. En total, 950.000
personas se beneficiaron de este apoyo del Gobierno Nacional. (I)