Entre 30 y 40 mil tortugas gigantes quedan en las islas
10 especies diferentes que representan un total de entre 30.000 y 40.000 unidades es la cantidad de tortugas gigantes que aún existen en las Galápagos, diseminadas en las diferentes islas que conforman este archipiélago.
Chelonoidis becki (Volcán Wolf - Isla Isabela), Chelonoidis chathmensis (Isla San Cristóbal), Chelonoidis darwini (Isla Santiago), Chelonoidis ephippium (Isla Pinzón), Chelonoidis hoodensis (Isla Española), Chelonoidis nigrita (Isla Santa Cruz), Chelonoidis microphyes (Volcán Darwin - Isla Isabela), Chelonoidis vanderburghi (Volcán Alcedo - Isla Isabela), Chelonoidis guntheri (Volcán Sierra Negra - Isla Isabela), Chelonoidis vicina (Volcán Cerro Azul - Isla Isabela) son las especies sobrevivientes, únicas en el mundo, que aún se mantienen en Galápagos, indicó el biólogo Washington Tapia, encargado del Departamento de Conservación y Desarrollo Sustentable.
“No podemos dar un número exacto, porque los censos en especies animales no son como los que se hacen entre las personas. Acá utilizamos diferentes métodos, como la marcación y la estimación del tamaño poblacional”, sostuvo el biólogo.
Tapia indicó además que el primer paso es introducir un mapa en el sistema de información geográfica, donde se señalan las zonas que se recorrerán en el campo.
“Allí nos dividimos en grupos para realizar la búsqueda de las tortugas y tomarles sus datos morfológicos, es decir, las medidas, para entender su condición corporal. Luego se les coloca un microchip con un número. Así se trabaja por un período establecido para ir registrando cada día a las tortugas nuevas, pero también aquellas que ya fueron contabilizadas, por eso el método se denomina marcación recaptura”, explica.
Para este cálculo se apoyan con fórmulas estadísticas que hacen una estimación del tamaño de la población, considerando sexo, edad, etc.
Según el especialista, la diferencia entre estas diez especies radica principalmente en su morfología, es decir, en la forma que tienen sus caparazones, pero principalmete a nivel genético.
Es decir, se considera la distancia genética lo suficientemente amplia entre una y otra población en las zonas en las que aún hay tortugas gigantes.