Cuando la sirena sonó a las 12:00, los 600 estudiantes de la Unidad Educativa Simón Bolívar de Quito salieron de sus aulas cubriendo su cabeza con la mano derecha y con la izquierda su estómago. Al llegar a los patios de la institución se sentaron y el dirigente de curso tomó lista de los alumnos.  

Mientras se verificaba que todos los chicos hayan evacuado, los docentes -organizados en cinco brigadas- armaron una carpa para las personas vulnerables (chicos o personal con discapacidad, en proceso de gestación y adultos mayores).  Alina Ramírez, rectora de la unidad educativa, recibió los informes de cada uno de los dirigentes.

“Con esto verificamos si falta algún estudiante. También tenemos un equipo que recorre la institución con el fin de buscar personas atrapadas.

El simulacro fue el tercero que se realiza a escala nacional. Así lo informó Fernando Yánez, subdirector del Ministerio de Educación, quien presenció el ensayo. Personal de cada distrito supervisó que todas las instituciones participen y evalúen las posibles vulnerabilidades. “Hasta la fecha no se han detectado problemas mayores”, dijo.

Los simulacros se realizarán una vez al mes con el objetivo de que la comunidad educativa esté lista para enfrentar situaciones de riesgo. (I)