Todo empezó en 2013, cuando Felipe, un cóndor rescatado por unos comuneros del cantón Quijos y recuperado en el Hospital Veterinario de la Universidad San Francisco de Quito. El animal se convirtió en el primer ejemplar -de esta especie- liberado con bandas alares de identificación y rastreador satelital. Un año después, el ave fue hallada muerta en la provincia del Napo. Entre los datos que dejó Felipe a los investigadores, a través de su GPS, están las rutas de vuelo, velocidad, altitud, sitios de descanso y zonas en las que se abasteció de alimento.

La pérdida del ave no decayó el ímpetu de los expertos del Grupo Cóndor y continuaron el proyecto de liberar y vigilar a estas aves. El segundo cóndor que vuela libremente con rastreador es Polito que hasta la fecha da señales de su desplazamiento a los técnicos del Ministerio del Ambiente (MAE) y del Grupo Cóndor.

Juan Manuel Carrión, director del Zoológico de Guayllabamba e integrante del grupo, indica que los datos satelitales han permitido constatar la capacidad de movilidad de estas aves en el territorio nacional. Se constató que una de ellas vuela entre la provincia de Azuay y la frontera con Colombia. Es decir, un cóndor planea por toda su área de distribución.

A estos datos se agrega la identificación de dormideros (zonas en las que se concentran los grupos de cóndores). Según Gabriela Montoya, técnica del MAE, la información satelital permitirá a la autoridad ambiental emprender acciones de conservación en estos sitios que están fuera de las áreas protegidas. Uno de ellos se localiza en tres cantones de Azuay, los datos del rastreo revelaron que en esa zona hay un dormidero.

El gobierno provincial conversó con el MAE para declarar el lugar como un espacio de conservación. Desde 2013 hasta la fecha, en el país se liberaron 11 cóndores, todos con bandas alares y seis de ellos con GPS. Está previsto que en octubre se libere a otros tres ejemplares que viven en una parte restringida de la hacienda Zuleta, en Imbabura.

Además de los datos de desplazamiento, Montoya indica que la tecnología les permite conocer otros comportamientos como con qué especies interactúan, su reproducción en estado silvestre o si hay alimento suficiente en las zonas que habitan.

Como parte de las actividades planificadas para celebrar este día, está previsto que en la Reserva Ecológica Antisana, en el suroriente de Quito, se realice un seminario científico sobre la importancia de proteger el hábitat de esta ave emblemática del país. Desde 2009, Ecuador cuenta con la Estrategia Nacional de Conservación del Cóndor Andino.

El biólogo Luis Trujillo subraya que para proteger el ave no solo se debe hablar de su valor ambiental, sino también educar sobre la identidad y la virtud que nuestros ancestros le dieron a esta especie, cuya imagen se colocó por primera vez, en 1843, en el Escudo Nacional. (I)