Publicidad
El esperanto sigue en forma 100 años después de la muerte de su creador
“Saluton” (hola), dice con una sonrisa el presidente de la asociación de esperanto de Bialystok, ciudad del inventor de esta lengua universal, el médico judío polaco Ludwick Zamenhof. Un siglo después de su invención, este idioma sigue.
“Él creó el esperanto en contrapeso a las lenguas nacionales que dividían”, explica Przemyslaw Wierzbowski. “Las diferencias de nivel de vida, étnicas o religiosas separan, pero el esperanto une”.
Zamenhof nació en 1859 en la zona de un mercado, con puestos judíos, polacos, alemanes y lituanos. Bialystok pertenecía al imperio ruso y vivía tensiones étnicas. Esto lo habría inspirado a crear una lengua universal que favoreciera los intercambios entre los pueblos.
En 1905 más de 300 empresas de esperanto estaban registradas. Hoy un millón y medio de personas lo practican en el mundo. (I)