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“El Dorado” de oro negro del siglo XXI se llama Yasuní

“El Dorado” de oro negro del siglo XXI se llama Yasuní
12 de noviembre de 2011 - 00:00

En 1542 Francisco de Orellana descendió el río Napo en busca de “El Dorado”. Nunca lo encontró, pero si 500 años después, con un planeta amenazado por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, volviera a navegarlo descubriría que hoy sí está allí “El Dorado” y se llama Yasuní.

Si en este siglo XXI el explorador español cruzara los Andes, desde Quito, en dirección al este de Ecuador, ya no reconocería la Amazonía donde inició su expedición.

En la confluencia de los ríos Coca y Napo se respira hoy un pesado olor a metales; en sus orillas, las chimeneas de los pozos petroleros escupen fuego donde antes hubo árboles. Y en el serpenteante curso dorado del Napo, los transportadores de fuel se han impuesto sobre las “killas”, las embarcaciones indígenas.

Sin embargo, descendiendo el Napo varios kilómetros en dirección al Amazonas, y adentrándose en canoa al bosque inundado junto a su orilla derecha, uno descubre un “nuevo mundo” que desafía la belleza del mayor paraíso terrenal que se pueda imaginar: es el Parque Nacional Yasuní.

La canoa avanza, esquivando lianas, ramas, arañas pescadoras y heliconias, envuelta en una nube de mariposas multicolores y libélulas rojas, mientras se escucha el canto de la oropéndola, un pájaro que al cantar hace el movimiento de un péndulo con su hermosa y larga cola dorada.

De repente, las interminables ramas de los árboles empezaron a agitarse nerviosas por los rápidos saltos de una manada de chichicos del manto dorado (monos con la espalda color oro), uno de cuyos integrantes acaba devorado por una anaconda que lo acechaba junto a unos plátanos, y que se lo ha disputaba a un águila arpía que planeaba   cazarlo.

Es una de las escenas del espectáculo habitual en “el bosque más biodiverso” del planeta, una definición avalada por estos datos: 5.000 especies de plantas conocidas, cientos de miles de insectos, 2.274 de  árboles y arbustos, 596   de aves, 271   de anfibios y reptiles, 499 de peces o 204 de mamíferos.

¿Qué suerte de acontecimientos mantienen prístino este paraíso, en condiciones similares a como lo debió conocer Orellana?

“El milagro de esta selva milenaria se debe a que fue uno de los “refugios” del Pleistoceno (era geológica de hace aproximadamente 1,8 millones de años), y su fauna y flora sobrevivieron al último cambio climático; y a sus condiciones climáticas excepcionales: abundantes precipitaciones y gran diversidad de suelos húmedos y secos”, indica Carlos Larrea, responsable científico de la iniciativa ITT.

La riqueza de Yasuní es también la de las cuatro culturas indígenas que alberga: quichuas amazónicos (30%), waoranis (60%), tagaeri y taromenane, estas dos últimas en aislamiento voluntario.

A la pregunta de qué es para ellos este bosque, los miembros de esas comunidades coinciden: “Yasuní es ‘El Dorado’ de la naturaleza”. La gran dualidad estriba en que la zona noroeste del “diamante” de la Amazonía, conocida como ITT (Ishpingo, Tambococha y Tiputini) es también “El Dorado” del oro negro: alberga yacimientos con 846 millones de barriles de petróleo.

A pesar de que el crudo es la principal fuente de ingresos de Ecuador, un país con acuciantes necesidades de desarrollo, su sociedad civil reta al mundo con una revolucionaria iniciativa que el presidente Rafael Correa ha hecho suya: Yasuní-ITT.

Con ella dicen: “Yo que soy un país pobre me sacrificaré y no explotaré ese petróleo a cambio de que la comunidad internacional aporte 3.600 millones de dólares en 12 años, la mitad de lo que cuesta ese petróleo”, afirma la ministra de Patrimonio, Fernanda Espinosa.

Ecuador destinaría ese dinero a una serie de acciones articuladas en “El Plan del Buen Vivir”: implantar un modelo energético renovable, invertir en sanidad, educación, conservación ambiental y reforestación, asegura René Ramírez, secretario de Planificación.

La iniciativa está avalada por Naciones Unidas, gestora del fondo de fideicomiso abierto a los países y a la iniciativa privada y con garantía de retorno de las aportaciones si finalmente se decide perforar. Lleva 60 millones de dólares recaudados.

Correa “examinará” el compromiso internacional este 31 de diciembre, fecha en la que plantea lograr 100 millones de dólares para seguir aparcando el temido “plan B” (perforar los yacimientos petrolíferos).

Para la responsable de la Iniciativa Yasuní-ITT, Ivonne Baki, esa fecha “solo supone una revisión” de la propuesta; aunque otros ministros del Gobierno advierten   que si la respuesta del mundo es no, Ecuador tendrá que     perforar  y extraer el petróleo.

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