Los activistas colombianos, como Mauricio Albarracín, señalan que el tema principal es garantizar el bienestar de un niño
El debate de la adopción GLBTI a menores en Colombia se trasladaría al Congreso (Infografía)
Para la opinión pública colombiana el debate empezó cuando Sebastián Villalobos, de 19 años, colgó en YouTube un video contando su historia de cómo había sido criado sin problemas por 2 madres. El material ya tiene más de 700 mil visitas. Cierto o no, el mensaje del joven no es aislado y se integra en la polémica armada en Colombia luego de que la Corte Constitucional falló en contra de un pedido de la comunidad GLBTI.
Los grupos y ciudadanos GLBTI pidieron que se les conceda el derecho de adoptar a menores de edad, aún cuando el niño no sea hijo biológico de uno de los miembros de la pareja o no tenga parentesco.
La decisión de la Corte Constitucional, de matiz conservadora, fue tajante: por ahora la única forma posible para que 2 hombres o 2 mujeres adopten hijos, es cuando uno de los integrantes de la pareja es el padre biológico del menor.
En cuanto a la adopción complementaria o por consentimiento, sostuvo: “La falta de reconocimiento jurídico del vínculo familiar (del hijo biológico en una pareja gay, amenaza el derecho constitucional fundamental reconocido en el artículo 44 de la Constitución a no ser separado de su familia”.
El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, dice que si bien la decisión de la Corte Constitucional debe ser acatada, es importante que el tema sea llevado al legislativo. “Por la democracia de este país y por la sociedad, es importante que el debate se dé en el Congreso, con un tono de respeto”.
La Corte expresó claramente que debe ser por una decisión de los legisladores que la adopción homosexual tenga plena vigencia en Colombia.
Para el ministro Cristo, es relevante para el país que en el Congreso se dé este tipo de discusiones “abiertas, francas, pero con mucho respeto, porque es evidente que en estos casos, ni esta sociedad, ni ninguna sociedad del mundo tiene posiciones de consenso unánime”.
A su turno, el senador liberal Armando Benedetti Villaneda, defensor de los derechos de la comunidad GLBTI, reaccionó ante la decisión de la Corte, “no tenemos Corte porque tenemos cobardes que no fallan con la Constitución sino politizados y buscando opinión”.
Deuda con la igualdad
El director de la ONG Colombia Diversa, Mauricio Albarracín, señaló que “el país demostró que está maduro y está listo para la igualdad. La Corte tiene una deuda con la igualdad plena en su decisión sobre la adopción conjunta”.
En la Corte hay otra demanda interpuesta por 13 ciudadanos colombianos, contra el Código de Infancia y Adolescencia, la cual está pendiente de fallo. En la queja alegan que si la Corte está realmente interesada en velar por los derechos de un menor, entonces la adopción, sin cortapisas, es el vehículo idóneo para cumplir con ese mandato.
Los grupos GLBTI abogan específicamente por una adopción homoparental igualitaria, sin restricciones, puesto que solo así se protegería verdaderamente a los niños que necesitan una familia.
Esto ya ocurre en 15 países del mundo, como Suecia o Dinamarca. En Ecuador la adopción homoparental fue discutida en la Asamblea de Montecristi (2008), pero fue un derecho aplazado para conseguir otro: la unión de hecho de parejas GLBTI.
Hay quienes rechazan la intención de los GLBTI de adoptar, como el abogado Eli Abel Torrado, experto en derecho civil y de familia, quien dijo que la Corte falló a favor de los derechos de los niños, y no en contra de los derechos de la población GLBTI en Colombia. “El tema principal es el de los derechos de los menores, que se rigen bajo un principio que se conoce internacionalmente como el interés superior del niño”. Recuerda que en Colombia no está autorizado el matrimonio de las parejas del mismo sexo.
En medio del debate surge la postura de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Sabana, que envió un texto a la Corte expresando que los homosexuales son seres enfermos incapacitados para adoptar niños. Ante el texto reaccionó el editorialista, Yohir Ackerman, quien escribió una columna titulada “Enfermos*”.
Ackerman, despedido por el periódico de línea conservadora El Colombiana, expresó que tomar en cuenta el estudio de la universidad sería lo mismo que aplicar la literalidad de la Biblia en temas como “la virginidad, la desobediencia de los hijos o la esclavitud”.
El periodista dice a El TELÉGRAFO que su salida se habría generado por el párrafo con el que cerró la columna: “todos esos conceptos están en la Biblia y como la historia ha demostrado, en esos temas, dios estaba equivocado”.
Señala que “el único comentario específico de los editores sobre mi salida fue que puse a dios en minúscula y no en mayúscula, pero es un tema de estilo, no de irrespeto”.