Ecuador está ubicado en el noveno puesto entre los países más bebedores
El consumo de licor sube hasta 25% en Navidad
En Ecuador impactantes imágenes que muestran desde dientes amarillos y en mal estado, una garganta, un pulmón y las mamas en mal estado cubren el 60% del etiquetado por cajetilla de cigarrillo. Esta es una medida recomendada por la Organización Mundial de la Salud para disminuir las muertes por su consumo.
¿Qué tan importante sería replicar esta estrategia con el alcohol? Para Gonzalo Mora, hepatólogo del hospital Luis Vernaza en Guayaquil, es importante que la población conozca que el alcohol está relacionado con al menos 200 enfermedades, entre ellas los cánceres de laringe, faringe, incluso de senos, hígado por la cirrosis que se puede producir, y también se cree que tiene relación con otros tipos de cáncer como páncreas, vejiga.
En ese sentido Mora sí ve necesario adoptar esta estrategia de mostrar los daños a los diferentes órganos en la botella de alcohol. “Toda acción política que busque disminuir el consumo de alcohol es buena, esto porque ya otras medidas como la restricción a la venta de menores de edad, los impuestos a las bebidas alcohólicas y controlar el marketing para la venta han tenido su efecto positivo. Lo que hace falta es socializarlas y las notificaciones de las afectaciones a la salud en las bebidas alcohólicas como ocurre en los cigarrillos es algo que sí es positivo”.
Ecuador se encuentra en el noveno puesto entre los países más bebedores. El consumo del alcohol se dispara en las fiestas y en diciembre aún más. Según el Observatorio de drogas del Consep, la ingesta de bebidas alcohólicas creció hasta 25% en diciembre de 2014.
Eduardo Marriott, gastroenterólogo del hospital Teodoro Maldonado Carbo de Guayaquil, recuerda que en sus guardias los 24 y 25 de diciembre como el 31 de diciembre y 1 de enero a partir de las 2 y 3 de la mañana empiezan a llegar intoxicados por alcohol. Agrega que el 2 de enero llegan los infartados, los que se les ha subido la presión y llegan casi muertos.
Los consumidores de alcohol deben saber que toda bebida alcohólica, entre más concentración trae mayores daños. “No se trata que si no produce resaca no es dañino, porque puede traer más afectaciones o iguales que el que sí produce resaca”. Por ejemplo, dice que una botella de whisky tiene 45 grados de alcohol por volumen, lo que significa que un vaso de esta bebida equivaldría a unas 7 botellas de cerveza.
Precisamente, desde 2003 al 2013 el abuso de esta droga considerada blanda causó 604 muertes por año, según los registros del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
William Muñoz, emergenciólogo del hospital Guayaquil, ve con preocupación las publicidades que aparecen en la televisión de pequeñas botellas que te las venden como bebidas que contienen cero alcohol. “Esto es falso, porque deben tener algún porcentaje, solo un jarabe para la tos no lo tiene. Este tipo de publicidades deben ser reguladas”.
Muñoz sí considera que la estrategia de que en las botellas de alcohol aparezcan los daños a diferentes órganos prevendrían el consumo exagerado, al menos en los nuevos consumidores. “Al que ya lleva años consumiendo le es más difícil dejarlo, porque para él es una necesidad”.
Para Marriott hay dos maneras que inciden en que el bebedor deje el consumo de alcohol. La una es asustándolo cuando se le comunica que tiene la enfermedad o haciéndolo tomar conciencia con campañas individuales que se den desde las escuelas. “La colocación de imágenes puede influenciar el 10% o el 15%, pero no es más. Lo mejor es la prohibición”.
Tampoco, dice, se debe recomendar su moderación, porque es muy amplia esta palabra para algunos. “Quizás para unos moderados es ínfimo y para otros puede ser exagerado”. (I)