Es un tema pendiente para la Iglesia Católica. La semana pasada 26 mujeres enviaron una carta al papa Francisco para solicitar una revisión al celibato, pues afirmaron mantener relaciones sentimentales con sacerdotes y preferirían no ocultarlo.

“Somos un grupo de mujeres que escribe para romper el muro del silencio y de la indiferencia con el que nos topamos cada día. Cada una de nosotras mantiene, ha mantenido o querría mantener una relación sentimental con un sacerdote”, decía la misiva que hasta ahora no ha tenido respuesta oficial del Vaticano.

El papa Francisco se adelantó a las críticas. Durante una rueda de prensa comentó que el celibato no es una doctrina de la Iglesia, y que por lo tanto podría ser discutido.

El sacerdote jesuita Luis Chacón concuerda con ello. Dice que el celibato es una práctica eclesial que significa soltería, pero no se trata de una doctrina, pues no se acepta como verdad absoluta. Eso sí, explica que las declaraciones del Papa están dirigidas a los sacerdotes seculares, no a los regulares.

El primer grupo encierra a los sacerdotes de las parroquias que responden al obispo. En cambio los sacerdotes regulares pertenecen a una orden (jesuíta, franciscana, dominica, etc.) y viven en comunidad religiosa. “La discusión del celibato no se extiende a mi caso porque yo soy jesuita y vivo en congregación. Imagínese cómo sería vivir en comunidad religiosa y cada uno con su esposa y sus hijos”, dice.

VIDEO

A título personal, Chacón está de acuerdo con revisar el tema. “Hay otros ámbitos en los cuales ya hay sacerdotes católicos casados, no hablo de protestantes, sino de católicos”, comenta.

Por ejemplo, está la Iglesia Católica Copta, que es de origen oriental y con rito alejandrino. También la Iglesia Católica Bizantina-griega o la Católica Armenia. En todas estas existen sacerdotes casados y forman parte del grupo de iglesias que aceptan la autoridad del Papa.

El vicario parroquial William Jácome cree que es un don de Dios para la Iglesia. Aunque reconoce que hay deserción sacerdotal por casamientos posteriores, cree que la práctica debe mantenerse. “Lo que ha dicho el Papa es que el celibato no es un dogma y eso no es una novedad. No se ha cambiado nada de lo que se establece hasta el momento”, añadió.

El sacerdote Armando Beltrán, de la parroquia Cristo de Emaus, concuerda en que el celibato es una dádiva y una opción de libertad.

A su criterio, sería muy complicado que un sacerdote se case porque ya no solo tendría responsabilidades con la comunidad, sino también con su esposa e hijos, y esto impediría u obstaculizaría su trabajo de servicio. “Si algún día la Iglesia se abriera a discutir este tema, podrían acoger 2 opciones. La de Pedro que tenía esposa y Juan que era célibe”, dice.

Los pasos de Cristo

Celibato significa soltería y se aplica a las personas que no se casan y no tienen una pareja sexual. Los sacerdotes lo entienden como una práctica de imitación a Cristo; además consideran que su tiempo deben dedicarlo a la comunidad y no a alguien en particular.

El celibato y la promesa de castidad son obligatorios para los sacerdotes desde el II Concilio de Letrán, en 1139. La Iglesia Católica Romana ha conservado estas creencias que se contraponen al Evangelismo y al Anglicanismo, en los que sí se permite el matrimonio.

En la década del 70 surgieron algunos movimientos de hombres que abandonaron el sacerdocio para contraer matrimonio. Por ejemplo, está la Confederación Internacional de Curas Casados, que suman alrededor de 100 mil en el mundo. Algunos de ellos siguen dando misa de manera clandestina.

En 1990 se creó la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados. Desde su fundación han luchado por modificar el celibato obligatorio y proponen una participación más activa de la mujer en la Iglesia.

¿Qué opina la gente?

Las críticas que han recaído en la Iglesia Católica sobre jóvenes con embarazos indeseados debido a relaciones con sacerdotes, y matrimonios fallidos han provocado que la ciudadanía cuestione este tema. Es más, en las calles y familias se analiza la posibilidad de que los sacerdotes unan su vida a una mujer.

Tania Herrera, por ejemplo, cree que el celibato debe eliminarse para monjas y sacerdotes. “Son seres humanos que tienen necesidades al igual que nosotros.Además que no es pecado tener relaciones y una pareja. Ese impedimento provoca que cometan actos a escondidas y por eso se ven tantos casos que quedan en la impunidad”, comenta Tania.

Javier Celi tiene una cercanía muy grande con la iglesia y con Dios. Considera que aquella persona que sienta el llamado a ser célibe, así como el que no comparta esta postura, debería acceder al sacerdocio.

A su criterio, quizá un cura casado podría lograr que la gente se identifique más con él al compartir inquietudes similares sobre el matrimonio, hijos, dinero, etc., y eso atraiga a más feligreses. “Creo que el testimonio está principalmente en la dedicación, el amor y el servicio, no tanto en el estado civil del sacerdote”, aseguró.

Jorge Alcívar es católico y está de acuerdo con el casamiento de sacerdotes, pues dice que deberían tener el derecho de compartir con una familia. “No es justo que algunos se estén escondiendo. Ecuador es conservador, pero creo que la mente está más abierta. El ver a un cura casado no apagaría la fe porque esta la llevamos dentro”, explica Jorge.