En mayo de 2014 se denuncia la falta de la vacuna BGC destinada a proteger a los recién nacidos
El 60% de los casos de tuberculosis en Perú se concentra en Lima
En Lima el llamado ‘boom económico’ parece haber distraído la atención de todo lo demás, incluyendo las problemáticas sociales. Desde los medios internacionales llegan noticias de la inversión extranjera y los negocios prósperos en la capital, pero esta ciudad también soporta el 60% de los casos de tuberculosis sensible y tuberculosis drogorresistente reportados en Perú.
En el vecino país la tasa de mortalidad de la tuberculosis llega a 105 por cada 100 mil habitantes. Lo que contrasta en Ecuador, donde la tasa llega a 2,7 por cada 100 mil ciudadanos, según datos del Ministerio de Salud.
El Agustino, Santa Anita, Ate Vitarte, Rímac y San Juan de Lurigancho se cuentan entre los distritos más afectados en Lima, ciudad con más de 10 millones de personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe a la tuberculosis como una enfermedad infecciosa que afecta a los pulmones, cuya transmisión se realiza a través de gotículas salivales expulsadas por la tos. En 2013 cerca de 1.260 casos de la variable resistente de esta enfermedad ubicaron al Perú como el primer país afectado en toda Latinoamérica. Ese mismo año cobró la vida de 1.552 personas, cifra superada solamente por Haití.
Tos, dolor torácico, debilidad, disminución de peso y fiebre nocturna son indicadores iniciales de esta dolencia. Una alimentación sana y balanceada, así como el seguimiento médico a lo largo de seis meses, garantizan la recuperación del paciente. En los distritos limeños donde la enfermedad ha alcanzado niveles críticos, la pobreza e inequidad sobresalen como características que condenan a sus habitantes a padecerla.
Conscientes del elevado riesgo que estas cifras representan, varios sectores del Estado han ensayado fórmulas de acción. En 2014 se destinaron cerca de 230 millones de soles (unos $ 75 millones) para atender a la mayor cantidad posible de pacientes. Se calcula que un tratamiento completo, en caso de que la enfermedad presente resistencia a los antibióticos, duraría 2 años y requeriría cerca de $ 60 mil.
En Lima, 7 hospitales están destinados a cumplir lo que dice la ley en el Perú: todas las personas con tuberculosis pueden acceder a un tratamiento de forma integral, continua, gratuita y permanente.
El hospital Hipólito Unanue ha cobrado especial protagonismo tras la instalación de un laboratorio especializado en tecnología molecular, capaz de detectar la bacteria causante de la enfermedad en solo 3 días, tiempo mínimo frente a los 45 días que hasta el año pasado tardaba.
La disminución del tiempo de descarte reduce al máximo la cadena de contagio y aporta para que el tratamiento inicie de forma inmediata, y logra aislar al individuo.
El año pasado la OMS reportó 9 millones de personas enfermas de tuberculosis en el mundo, un poco menos de la cuarta parte de los 37 millones de pacientes que se salvaron de morir al recibir un tratamiento adecuado.
Las iniciativas que Lima alberga buscan precisamente adelantarse a los efectos que se desprenden de un individuo enfermo. Pronosticar si alguien es o no portador de la bacteria que causa tuberculosis es el objetivo.
Para ello, el año pasado se inició el incremento de pruebas de descarte: han pasado de ser 5 mil a 20 mil. Se esperaba que 2014, bajo este nuevo método de detección, fuera un año con elevado índice de pacientes identificados, pero no; apenas se detectaron 20 casos nuevos con respecto a 2013.
Esa noticia, algo alentadora, llama al trabajo del Gobierno y municipalidades para lograr reducir los efectos de la tuberculosis, una tarea que resulta casi titánica. (I)