Educación: cuenta pendiente con los grupos GLBTI
Judith Gustavo León, tiene 31 años y es trans masculino, es decir, biológicamente nació mujer, pero se identifica como un hombre.
Siempre fue frontal con ella y con el mundo. Su condición sexual le representó varios problemas durante su etapa estudiantil, mientras se formaba en el colegio femenino La Providencia, hasta el punto de ser discriminado por los propios maestros que lo excluían constantemente.
Las autoridades del plantel, relata, lo miraban con recelo ya que temían que “les hiciera algo” a sus compañeras. “No pude terminar mis estudios secundarios en dicha institución, ya que son muy apegados a la religión y cualquier acto que vaya en contra de la moral lo consideran pecado”, comentó León.
Con el pasar de los años ingresó a la Universidad Estatal de Guayaquil donde se destacó como el mejor estudiante de su promoción, sin embargo la falta de un trabajo no le permitió terminar su carrera en la Facultad de Sociología. “Sobresalir en algún aspecto de la vida es lo único que hace que los demás nos respeten y no se fijen tanto en nuestra orientación sexual”, comentó.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), solo el 57% de adolescentes y jóvenes autoidentificados como gays, lesbianas y bisexuales terminan el nivel de instrucción secundaria. El estudio fue realizado como parte del proyecto de análisis de las condiciones de vida de este sector poblacional.
Maestros recibirán charlas para evitar que jóvenes GLBTI sean acosados por sus compañeros de clasesLía Burbano, coordinadora de la Asociación Lésbica de Mujer & Mujer, comentó que esta situación ha llevado a muchos miembros de la comunidad GLBTI (Gays, Lesbianas, Bisexuales, Transgénero, Transexuales e Intersexuales) a mantener una doble vida donde tienen que desarrollarse “normalmente”; es decir vestir como hombre o mujer pese a su identificación sexogenérica para poder acceder a una formación integral e igualitaria con sus demás compañeros.
De acuerdo al INEC, el 68,2% de los encuestados no tiene título universitario. De esta cifra solo el 31,8% cuenta con un título superior. Esta cantidad, para Burbano, se debe a varios factores como la falta de recursos económicos y la discriminación
“Se está logrando un avance paulatino en la educación, a pesar de la exclusión, pues el Estado a través de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) está otorgando becas estudiantiles a integrantes de la comunidad que hayan tenido un buen desempeño académico”, dijo.
La Constitución de la República del Ecuador en el art. 11 literal 2 menciona que nadie podrá ser discriminado por razones de (...) sexo, identidad de género, (...) que tenga por objeto menoscabar el ejercicio de los derechos. La ley sancionará toda forma de discriminación.
¿Qué hacer cuando son excluidos de una entidad educativa?
En primera instancia se debe acudir a Fundaciones y Asociaciones como Equidad, Silueta X, Venus y Lésbica mujer & mujer, que velan por los derechos en la educación y empleo de la comunidad GLBTI, para interceder con las entidades pertinentes como el Ministerio de Educación, la Defensoría Pública y la del Pueblo.
Posteriormente, la persona que se siente perjudicada debe acudir a la Defensoría del Pueblo para dejar un precedente de este hecho.
Luego, la institución mencionada tratará el asunto con el rector(a) del establecimiento para llegar a una medida equilibrada entre el estudiante y las normas del plantel. Si el caso persiste el alumno podrá ir hasta la Fiscalía a poner una denuncia por negación del derecho a aprender.
Zaida Rovira, comisionada regional de la Defensoría del Pueblo, indicó que la entidad pública protege los derechos de los GLBTI cuando se ven vulnerados, siempre y cuando estos sean denunciados con tiempo ante la Subsecretaría de Educación para que conozcan del asunto.
Rovira dijo que la Defensoría del Pueblo brindará una charla para educar a los maestros de los planteles con el fin de que eviten el acoso de los adolescentes y jóvenes GLBTI en las aulas.