El musgo, ese manto verde que recubre los troncos, ramas de los árboles, rocas y el suelo de los bosques, es capaz de retener hasta 20 veces su peso en agua. Actúa como un regulador hídrico, es decir, impide la erosión del suelo en época de lluvias y libera la humedad en tiempos secos. 

Sin embargo, en Navidad  las múltiples propiedades de esta planta se ven amenazadas por la compra y venta que hacen las personas para elaborar los pesebres. En noviembre y diciembre la especie es ofertada por cientos de kilos o fundas de $ 1.

Para frenar esta problemática ambiental, desde hace siete años el Ministerio  de Ambiente impulsa la campaña comunicacional y educativa “No arranques la piel de los bosques”.  La iniciativa busca sensibilizar a la ciudadanía sobre el tráfico ilegal de esta especie codiciada a fin de año.

Hasta la semana pasada, los operativos realizados en colaboración con la Policía dejaron 177 kilos de musgos y bromelias decomisados. El Código Orgánico Integral Penal (COIP) establece en el artículo 247, que extraerlo constituye un delito contra la flora y fauna silvestre.

María Fernanda Sánchez, directora nacional de Biodiversidad del Ministerio del Ambiente, advierte que si se continúa con las extracciones descontroladas en los bosques y zonas protegidas, se ocasionará un cambio de los paisajes.  “Si se quita el musgo se pierden todos estos nichos de los que otras especies dependen”, afirma.

La experta lamenta que el material muchas veces vaya a parar a la basura. Una parte de lo decomisado es trasladado a museos para identificación de la especie, pero el resto es desechado.

Para impedir que esto ocurra, Sánchez recuerda que existen diversas alternativas ecológicas y naturales para sustituir la planta en los nacimientos.

Materiales ecológicos
En el mercado, la oferta de productos ecológicos para evitar la compra de esta especie va desde planchas de césped sintético, papel pesebre en color verde o café,  crepé o  de seda y algodón. 

A  estas opciones se suman otras de tipo natural como la fibra del maíz, que se obtiene  del almidón generado por los granos de esta planta. Este cereal se caracteriza por ser un cultivo de rápido crecimiento.

Asimismo, sugiere que se utilice arenita, aserrín pintado de verde, cartones de cubetas de huevos reciclados o papel picado. “Aquí interviene mucho la creatividad que se tenga al decorar el pesebre”, anota.

Sin embargo, sostiene que cualquier material que se escoja ya significa una contribución para el medio ambiente.

Este año Etelvina García, de 85 años,  no comprará materiales. Usará el aserrín que le regaló su vecino, que se dedica a la fabricación de muebles. La tarea de pintarlo con témpera verde se la dejará a su nieta Raquel.

“Creo que de esta manera contribuyo y también le enseño a mi nieta por qué es tan importante cuidar las especies de los bosques”, indicó.

Para el ambientalista Edwin Jiménez, docente de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Espol, la elección de las alternativas ecológicas dependerá del lugar donde se encuentre una persona.

Por ejemplo, en Guayas, por ser una zona arrocera, se  podrán utilizar el talluelo que se genera después de una cosecha de arroz o la cáscara del cereal. Tienen un tamaño de 60 centímetros.

También recomienda usar  las hojas del plátano o la fibra de coco. 

Resalta la importancia  de la conservación de esta especie que habita en los bosques. El musgo es un elemento que tarda mucho en regenerarse. Este proceso toma alrededor de siete años.

Los musgos son el grupo más numeroso y diverso de plantas briofitas. Se han reportado cerca de 13.000 especies en todo el planeta. En Ecuador existen alrededor de 950.

Otro de los materiales ecológicos que la ciudadanía puede emplear para la decoración del piso de los belenes, son las semillas de pino.

Este material es recolectado en los bosques de la Fuerza Terrestre de Loja por miembros de la Fundación Turística Ecuatoriana Juvenil.

El trabajo que desarrollan es parte de la campaña Una Navidad amigable con la naturaleza, que promueven hace cinco años en colegios y escuelas públicas de Loja.

Estalin Vera, director de la Fundación, explica que con la iniciativa buscan que los niños y autoridades de las unidades educativas se motiven a usar materiales naturales que no pongan en riesgo a ecosistemas.

Adicional, imparten a estudiantes de colegios un taller  en el que enseñan a elaborar adornos de Navidad con estas semillas. (I)