La diferencia entre mantequilla y margarina
¿Mantequilla o margarina? Existen muchos consumidores que no saben la diferencia entre estos productos y por ello su consumo se sostiene solo en el costo; puesto que asumen que son iguales.
Por ejemplo, Sonia es una mamá que tiene tres hijas. Ella acude al supermercado para comprar los insumos para la alimentación familiar, la mantequilla o margarina la adquiere cada 15 días, es decir que el consumo del producto en su familia es constante. Explica que se utiliza en el desayuno y en las comidas como sopas o arroces preparados.
Al consultarle cuál es la diferencia entre ambos productos, no encontró diferencia. Su elección la hace sobre el precio y cantidad. Por eso escoge por lo general la margarina; aunque confiesa que las que están en la zona refrigerada de los lácteos (mantequilla) las compra de vez en cuando. Le gusta su sabor, pero considera que es más costosa.
La diferencia entre mantequilla y margarina es una pregunta común, según explica la gerente de Marketing de margarina Bonella, Corina Gaona. Recalca que la mantequilla contiene colesterol porque se deriva de la grasa de la leche animal y afirma que contiene grasas trans, por provenir de un animal.
Indica que las margarinas vienen de los vegetales, es decir, que se extrae aceite de diversas plantas: soya, palma, palmiste, entre otras. Por eso afirma que son libres de colesterol y de grasas trans. Recalca que el proceso de hidrogenización hace que el producto no contenga grasas trans. La empresa está en el país desde hace 37 años.
La representante de Bonella indica que el producto llega a nueve de cada 10 hogares, la Costa es la región de mayor consumo.
La conveniencia de consumir margarina es cuestionada por la nutricionista del Wellness Center by Freelife, Daniela Guerra, quien recalca que la mantequilla se obtiene por el amasado de la nata hasta que se crea el producto y afirma que la margarina lleva muchos aditivos para lograr que tenga la textura necesaria.
Como nutricionista resalta que no recomienda el uso de margarinas, dice que se inclinan por lo menos procesado, que es la mantequilla. Que existen de dos tipos: con y sin sal, la opción más saludable es sin sal, porque en las comidas se consume sal al gusto y así se evita el exceso.
Aunque aconseja el uso de mantequilla, recuerda que igual se trata de grasa saturada. Es decir, que si se consume en demasía puede ser dañino para el organismo y tiende a elevar un poco el colesterol, aunque no tanto como los malos hábitos alimenticios. También tiene un aspecto cromogénico, eso significa que provoca la generación de trombos en el cuerpo, o el exceso de grasa saturada.
Por eso recomienda no exagerar, el consumo máximo diario para una persona es una cucharadita. “Por ejemplo, si una persona consume un bolón saludable (verde cocinado) le puede untar una cucharadita, pero en el resto del día ya no debería consumir más porque sería un exceso”.
Recomienda que se haga clarificada; es decir, que se someta a cocción previamente. También aconseja que para mantener una alimentación más saludable se puede reemplazar el producto por grasas insaturadas. En ese grupo están: el aceite de oliva extra virgen, aguacate, mantequilla de maní, almendras o todos los frutos secos.
El objetivo es sustituir las grasas saturadas. En los niños es importante tener en cuenta que la mantequilla si se la usa para untar en pan no hay problema; pero no freír con ese producto.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en 2018 una guía (denominada Replace por su acrónimo en inglés) en la que se indican los pasos que hay que seguir para suprimir los ácidos grasos trans de producción industrial del suministro mundial de alimentos.
Eliminar las grasas trans es clave para proteger la salud y salvar vidas: la OMS estima que cada año la ingesta de estas grasas causa más de 500.000 muertes por enfermedades cardiovasculares.
Las grasas trans de producción industrial están contenidas en grasas vegetales endurecidas como la margarina y el ghee y suelen estar presentes en tentempiés y alimentos horneados o fritos.
Los fabricantes suelen usarlas porque tienen un tiempo de conservación más largo que otras grasas. Sin embargo se pueden usar alternativas más saludables que no afectan al sabor ni al costo de los alimentos.
Corina Gaona explicó que los productos que representa en Bonella (marca líder en el mercado ecuatoriano) carecen de grasas trans y al contrario contienen omega 3 y 6, componentes esenciales para el organismo ya que el cuerpo no los genera.
Destaca que Bonella ofrece una alternativa ligera con 25% menos de grasa, en comparación con la margarina tradicional. “El consumidor escogerá lo que se ajuste a sus necesidades”. (I)