En el nombre del padre
Distintos rostros, nombres, edades, oficios y una sola misión: ser padres. Desde el próspero empresario hasta el humilde campesino, el ser humano se forja desde su génesis a imagen y semejanza de quien le da la vida.
“Lo más probable es que un buen hijo sea un buen padre”, dice un refrán. Tomándolos de la mano para jugar, guiar o acompañar, los reyes del hogar se desviven por sus hijos. Verlos triunfar es la mejor recompensa al esfuerzo invertido.
Los hijos nacen, crecen y, si son agradecidos, en justa reciprocidad, estarán junto a sus viejecitos cuando los necesiten, prestos a cuidarlos si enferman, a levantarlos si caen.
Hoy domingo 16 de junio, en el Día del Padre, celebramos las virtudes y defectos de nuestros modelos de vida, agradecemos nuestro sueño plácido y estómago lleno a quienes nos dedicaron noches en vela y horas de hambre. ¡Para ti, papá! En el cielo y en la tierra, salud por hacernos con tu sudor y tu sangre. (I)