Genoma del Solitario George, clave para entender longevidad y cáncer
El genoma o secuencia genética del Solitario George, la extinta tortuga de la especie Chelonoidis abingdonii, de la isla Pinta, fue descifrado por un equipo internacional de investigadores. Así lo informó ester lunes 3 de diciembre, el Ministerio del Ambiente.
De acuerdo con la información proporcionada por la cartera de Estado, la investigación determinó que las tortugas gigantes poseen una serie de variantes genéticas relacionadas con la reparación del ADN.
El resultado del estudio aporta información útil para la toma de decisiones vinculadas a la restauración de las poblaciones de las diferentes especies de tortugas de Galápagos.
Investigadores de las universidades de Oviedo (España), Yale (Estados Unidos), la organización Galapagos Conservancy (Ecuador-Estados Unidos) y técnicos de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG) iniciaron hace aproximadamente 10 años el estudio, que fue publicado el 3 de diciembre en la revista Nature Ecology & Evolution.
Este estudio forma parte de la Iniciativa para la Restauración de las Tortugas Gigantes (GTRI, por sus siglas en inglés), que desarrollan la Dirección del Parque Nacional Galápagos y Galapagos Conservancy, proyecto que entre otras cosas ha utilizado la genética para impulsar programas como el de restauración de la población de tortugas gigantes de la isla Floreana, el cual incluye la reproducción en cautiverio de individuos seleccionados por tener una alta carga genética de la especie que se consideraba extinta Chelonoidis niger.
Washington Tapia, investigador de Galapagos Conservancy y asesor científico de la DPNG, explicó que históricamente el estudio de la genética de las tortugas de Galápagos ha sido una prioridad para la autoridad ambiental, que desde cuando estuvo vivo el Solitario George intentó descifrar su genoma para tratar de encontrar una explicación a su fallida reproducción. Recordó que la mencionada tortuga de la isla Pinta vivió 40 años en el Centro de Crianza Fausto Llerena, de la isla Santa Cruz.
“Revelar el genoma del Solitario George es parte de una serie de estudios previos que brindan un conocimiento preciso de las poblaciones de tortugas existentes y su ascendencia”, agregó Tapia.
Se estima que a la fecha de su muerte (24 de junio de 2012), el Solitario George tenía entre 120 y 130 años de edad.
Investigación en equipo
El Ministerio del Ambiente informó que para secuenciar este genoma fue clave unir esfuerzos con expertos de la Universidad de Oviedo que utilizaron la genómica bioinformática y comparativa para encontrar pistas sobre las características que hacen especiales a las tortugas gigantes, como su facilidad de sanar.
Jorge Carrión, director del Parque Nacional Galápagos, dijo que estos resultados expanden el legado del Solitario George, pues el descifrar los secretos de su longevidad ayudará a la toma de decisiones adecuadas para la restauración de las diferentes poblaciones de tortugas del archipiélago. (I)