Por las calles de Socio Vivienda 2, ubicada en el noroeste de Guayaquil, se observan basura, monte y canales de aguas residuales abiertos.

Alberto Medranda es miembro de una de las 2.000 familias que residen en el plan habitacional construido hace más de un lustro por el gobierno anterior.

Su vivienda, en la mañana, permanece casi en la penumbra. Por ello, cuando los mosquitos pasan cerca son de difícil detección.

En su familia dos integrantes se enfermaron después de las picaduras. Los médicos les confirmaron que presentan dengue. Sus dos parientes son menores de edad y una está embarazada.

“Me preocupa que vaya a pasar algo con el bebé”, expresa el vecino, quien es uno de los primeros residentes que arribó al barrio.

Entre los habitantes el tema de conversación en común versa sobre los últimos contagiados y si han pasado las brigadas por allí.

En ese momento Johanna Contreras pregunta al vecino a qué dispensario u hospital llevaba a sus consanguíneos, pues ella tiene un hijo de 10 años con vómito, diarrea y escalofríos.

Eddy Mero y Pierina Medranda son otros dos jóvenes a quienes les diagnosticaron la enfermedad hace dos semanas. “Ahora estamos con suero. No hemos ido al colegio por esto”, lamenta Eddy.

Una de las quejas de los habitantes es que no se han realizado las fumigaciones con tiempo, a pesar de que  esta semana se observó  personal médico por la zona.

Otra queja apunta a una zanja de agua putrefacta que está frente al sector.

Hasta el cierre de esta edición se desconocía la cifra exacta de las personas  afectadas. (I)