El ''delivery'', un servicio para no salir de casa
La jornada laboral de una persona, por lo general, empieza a las 09:00. Esto no aplica a los repartidores de Uber Eats y Glovo. Ellos son sus propios jefes y quienes destinan su tiempo según su día a día. La tecnología se ha incrementado de tal forma que ahora pedir comida a domicilio es una de las tareas más recurrentes de los guayaquileños.
Esteban, por ejemplo, empieza su día abriendo su aplicación de Uber Eats, para él esta es una forma fácil y diferente de trabajar. Cuenta con una bicicleta montañera que antes la utilizaba para dar paseos en la isla Santay.
Nunca pensó que este medio de transporte sería también su medio de trabajo. Al día realiza mínimo 20 entregas y recorre alrededor de 30 km, según el tráfico y el clima. Comenta que en esta ciudad es difícil andar en dos ruedas, pues la gente no está acostumbrada a ceder el paso a los ciclistas y las calles no están diseñadas para ello.
Estas aplicaciones son muy fáciles de acceder, simplemente se crea un usuario, se escoge una forma de pago, ya sea en tarjeta o efectivo y se procede a escoger el restaurante. Hay más de 50 opciones para elegir; comida rápida, desayunos, dulces, e incluso hacer encomiendas.
Fernando, un recurrente usuario de Glovo, piensa que esta app es uno de los mejores inventos del ser humano. Pedir comida por el celular es más necesario de lo que parece, pues en los días que le toca quedarse hasta tarde en su trabajo, estos servicios lo han salvado del hambre.
En Urdesa también se observan pequeñas comunidades de trabajadores de Glovo y Uber Eats. Ellos lo llaman el “punto de encuentro”, un espacio donde socializan y cuentan sus experiencias mientras esperan su siguiente carrera.
Desde lejos se los puede ver con sus cajas cuadradas con el logo de la marca para la que trabajan. Pese a eso, gracias al incremento de popularidad de estas prestaciones, han surgido complicaciones para ellos.
Cada vez son más los que acceden a este emprendimiento. Con ello se congestiona el sistema y aumenta la demanda tanto de usuarios y trabajadores.
Es impresionante cómo la tecnología avanza a pasos agigantados. La antigua forma de pedir comida a domicilio por teléfono hoy queda atrás gracias a estas plataformas.
Sin duda, un invento que más allá de surgir como algo comercial sirve a los desempleados que buscan pequeños ingresos en su economía. (I)